(Libertad Digital) Los tres ex ministros han coincidido en rechazar, por ser "absolutamente falso", y en criticar la "frivolidad" de Moratinos por afirmar que el Gobierno de José María Aznar apoyó el golpe de Estado de abril de 2002 contra el presidente de Venezuela, Hugo Chávez.
Josep Piqué, que era ministro de Asuntos Exteriores cuando se produjo la intentona golpista en Venezuela, aseguró que "nos va a costar mucho tiempo recomponer los enormes estropicios que estamos generando" en política exterior, que, explicó, "se construye peldaño a peldaño, todos los días".
"No se puede ser tan imprudente cuando estamos hablando de la política exterior de España, y me empieza a preocupar mucho todo lo que está sucediendo. Lamento mucho tenerlo que decir, pero cuando los que más aplauden eso que se llama la nueva política exterior española son gente como Fidel Castro o como el presidente Chávez creo que todos nos debemos de preocupar, y muy a fondo", señaló Piqué.
Piqué desveló que "hay una especie de código no escrito" entre los ministros de Asuntos Exteriores para respetarse mutuamente y "dar rigor, seriedad y coherencia" a la política exterior que el actual titular de esta cartera ha sido "el primero en saltarse".
Por su parte, Eduardo Zaplana denunció la actuación "casi barriobajera, con escándalos permanentes y una desorientación clarísima" del Gobierno en política exterior y recalcó que el PP exigirá una rectificación y pondrá "en evidencia" que Moratinos "no es digno de representar a la diplomacia española". El portavoz parlamentario del PP acusó a Moratinos de practicar "la mentira, la calumnia y la difamación" sobre el ex presidente del Gobierno José María Aznar e insistió en la necesidad de que esta actuación "no quede impune".
En cuanto a Ana Palacio, la última ministra de Exteriores del Gobierno Aznar afirmó en declaraciones a Servimedia que las manifestaciones de Moratinos constituyen "una falsedad, una calumnia y una irresponsabilidad política". Palacios, que mantiene una buena relación con Moratinos, confió en que sus palabras fueran "un lapsus, una equivocación o un despiste". La antecesora en el cargo de Moratinos recordó que, tras el derrocamiento de Chávez, "España lo que en todo momento hizo fue jugar el mismo papel que hemos jugado después en el Grupo de Amigos de Venezuela, siempre apoyando la legalidad, la constitucionalidad y una salida pacífica, negociada y de concordia social en Venezuela".