(Libertad Digital) El PNV y sus socios de EA, junto conEHAK y Aralar, han sumado sus votos para sacar adelante una iniciativa polémica ya desde el inicio del debate, que abre una brecha importante con el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero en un momento especialmente crítico para el proceso de paz. En un gesto muy poco usual, el Gobierno se pronunció sobre una proposición del Parlamento vasco inmediatamente después de su aprobación, por boca de su delegado en Euskadi. Paulino Luesma no ahorró calificativos para la propuesta impulsada por los nacionalistas, que tildó de "inconcebible, lamentable y profundamente desleal", máxime cuando cuenta con la aquiescencia de partidos con responsabilidades gubernamentales.
Pese a las reticencias de sus propios socios y al escándalo que el "irresponsable despropósito" generó en las filas de la oposición -al PSE, sobre todo, le costaba dar crédito al respaldo de los peneuvistas a la proposición no de ley-, el PNV dio su apoyo sin matices al texto. Desde el partido jeltzale se sostiene que los contenidos de la propuesta no resultan "novedosos", sino que, más bien al contrario, son reivindicaciones históricamente defendidas por los peneuvistas y se desvincula el impulso al texto del actual momento político.
Las reivindicaciones a las que se refiere el PNV, contenidas en el texto, son básicamente tres. Por un lado, la exigencia de que "desaparezca" la Audiencia Nacional por ser un "tribunal especial" que no respeta las debidas garantías procesales, admite como prueba "declaraciones obtenidas bajo tortura" y aplica "la justicia del enemigo".