(Libertad Digital) El Gobierno y sus medios afines han desplegado una campaña para tratar de desprestigiar la investigación periodística sobre el 11-M. Lo hacen cuando las revelaciones han dejado en evidencia que la mayoría de las pruebas en las que se basa el sumario son falsas o fueron manipuladas. Además, los ataques a El Mundo, la COPE y Libertad Digital se han incrementado coincidiendo con la interpelación que el PP llevó este miércoles al Congreso, en la primera sesión de control tras al parón veraniego. Zaplana reclamó a Rubalcaba la verdad sobre la masacre, pero el ministro escondió las explicaciones entre críticas.
Apenas hubo referencias en la Cámara Baja a la supuesta exclusiva que publicó El País: una conversación grabada en la cárcel a Trashorras en el primer trimestre de 2005. De ese diálogo del ex minero con sus padres, el diario de Prisa extrajo un titular a la medida para su portada. El objetivo era desprestigiar la investigación de El Mundo sobre el 11-M entre insinuaciones de que el rotativo había pagado al confidente para que avalara las revelaciones.
El País y ABC, juntos en la misma campaña
A estos intentos de desprestigio no ha dudado en sumarse ABC, que en su segunda edición "volcó" la información que firmaba Ernesto Ekaizer con José Manuel Moreno. El titular era el mismo. La campaña continúa un día más. Esta vez El País no recurre a conversaciones filtradas en fecha tan oportuna sino que lleva a su portada que la "cúpula policial de Acebes" desmiente la teoría del PP sobre la conspiración del 11-M. En el interior de la información no aparece ningún nombre. La excusa es que "la mayoría de los antiguos comisarios consultados trabaja en la empresa privada y prefiere mantener sus declaraciones en el anonimato".
La información llega acompañada de otro editorial que incrementa la presión sobre el PP. Apunta el periódico de Prisa que "ni los votantes del Partido Popular ni nuestra democracia merecen el castigo que les está infligiendo la cúpula dirigente de este partido". Acusa a los populares de "obedecer las órdenes de quienes han inventado y comercializado las más escabrosas y delirantes teorías conspirativas sobre los atentados del 11-M" y que, siguiendo esa pauta, Zaplana trasladó "el cúmulo de disparates fabricados por el diario El Mundo y voceados por la emisora de los obispos al Congreso de los diputados".
La cita a Gallardón: silencio sobre el 11-M
Habla de los "argumentos racionales" con los que Rubalcaba "desmontó las teorías de la conspiración". Frente a eso, dice que "Zaplana sólo supo responder con balbuceantes protestas sin sentido". Tampoco falta, siguiendo en este caso la estela del ABC, la cita a Gallardón para justificar que no se investigue más el 11-M: "Harían bien los dirigentes populares en hacer caso a las recomendaciones del alcalde de Madrid". Y remite a una entrevista en el último número de la revista Vogue de la que este miércoles se hizo eco el periódico de Vocento. La publicación salió a la venta hace tres semanas, como publicó entonces Libertad Digital.
El ataque directo de Prisa a El Mundo tiene respuesta este jueves en el periódico de Pedro J. Ramírez. En su portada, titula que "El País manipula un diálogo de Trashorras para acusar en falso a El Mundo de pagarle". En el interior desmonta esa campaña de Prisa, que, como recuerda, no es la primera. Además, incluye un extenso editorial. Bajo el título "De la indecencia de El País a la regla de tres de Rubalcaba", sostiene que "no es fácil encontrar en los anales del periodismo español una manipulación tan zafia, grosera y deontológicamente repugnante como la tergiversación de ayer de El País (...) Y, después de tal ejercicio de sensacionalismo barato, el periódico de Polanco se permitía además el lujo de tacharnos de "amarillismo". Además, reta a Prisa a que "pruebe sus falsas afirmaciones".
El Gal y el 11-M, una idéntica reacción
La segunda parte del editorial la centra la sesión de control de este miércoles en el Congreso. Para enlazar una con otra expone que, "dicho con un símil futbolístico, Rubalcaba pretendió enfangar el campo de juego, horas antes de tener que responder a la interpelación parlamentaria presentada por el PP sobre las incógnitas que persisten en torno a la masacre. Es la misma táctica empleada por los Gobiernos de González, cuando la propaganda oficial intentaba contrarrestar las averiguaciones de este periódico con contraprogramaciones, manipulaciones o falsedades como las cartas portuguesas, las declaraciones de Sancristóbal en TVE —con alusiones al director de El Mundo idénticas a las que hizo ayer Rubalcaba—, las fotos de Perote y Mario Conde o las distintas variantes de la teoría de la conspiración".
De la intervención de Rubalcaba expone que "se puso en evidencia al intentar ridiculizar con una mezcla de ocurrencias y tontos chascarrillos a una oposición que se había limitado a ejercer ese deber. La desmesura de sus ataques y la bajeza de sus reproches pone en evidencia que el Gobierno se ha puesto nervioso con las revelaciones de este periódico. Flaco favor le ha hecho este ministro a Zapatero".
Y recuerda que "Rubalcaba dijo ayer sobre Zouhier, Lavandera y Trashorras lo mismo que decía hace 12 años sobre Amedo, Domínguez y Perote, a los que intentó presentar también como los instrumentos de una conspiración para desacreditar al Gobierno. El tiempo puso las cosas en su lugar y demostró quién decía la verdad". Para concluir que "si aplicamos una regla de tres sobre las reacciones gubernamentales de entonces y de ahora y sobre lo que sucedió con los GAL y los atentados del 11-M, cabría preguntarse cuál es la X que pretende encubrir Rubalcaba".
Pensando en la cuota de mercado
Es curiosamente el periódico que más está cayendo en ventas el que alude a la cuota de mercado para interpertar en su editorial la "compraventa de una conspiración". Dice ABC que "hemos asistido a un nuevo episodio de retroalimentación de intereses entre el diario El Mundo y Federico Jiménez, (al que retira su segundo apellido), director del programa de la cadena Cope La Mañana, para ganar cuota de mercado a golpe de teorías conspiratorias, alentadas por sectores muy concretos y extremos del PP que están causando un grave daño a los intereses generales del centro derecha".