'El País' intenta lavar la cara al Gobierno

La confirmación de uno de los escándalos más graves de la democracia, tal y como se muestra en las actas de negociación con ETA, ha dejado al Ejecutivo entre la espada y la pared. Sin embargo, El País intenta hacer un lavado de cara al Gobierno y publica a su manera el contenido de estas conversaciones.

En este sentido, Luis R. Aizpeolea se centra más en los "tensos contactos" entre ETA y Gobierno que en el papel de este último en el chivatazo y durante la negociación. De hecho, afirma que "lo que Thierry transcribe en sus actas prueba algunas cesiones que el Gobierno hizo a ETA". Pero a renglón seguido aclara que "en muchas ocasiones esas cesiones no se hicieron o fueron incompletas".

Del mismo modo, el diario de Prisa se centra únicamente en Zapatero y en ningún momento habla del papel de Pérez Rubalcaba en todo este asunto. Básicamente no habla de su candidato y todo ello a pesar de que en estas mismas actas, publicadas ayer por El Mundo, el Ejecutivo confirmaba a ETA que el nombramiento de Rubalcaba se producía para "blindar el proceso".

Además, en el artículo no podía dejar de salir el nombre de Aznar. Intentando dejar en buen lugar la actuación del Gobierno de Zapatero, asegura que con el popular se excarcelaron más etarras. "Durante los ocho meses de alto el fuego de ETA en el primer mandato de José Luis Rodríguez Zapatero no se aprobó ningún acercamiento de presos al País Vasco, pese a lo que figura en las actas de ETA", afirma el diario.

Por otro lado, El País intenta quitar credibilidad a las actas diciendo una y otra vez que en ellas "se recoge exclusivamente la versión del etarra sobre las conversaciones". En varias ocasiones en sólo dos páginas repiten este argumento, que además choca con las repetidas declaraciones del Gobierno, curiosamente hasta ayer, que decía que ETA nunca miente.

También se repite varias veces "las tensiones entre ETA y los representantes del Ejecutivo, que fueron constantes". Incluso, publican los reproches del Gobierno a ETA, por ejemplo en las cartas de extorsión. Pero las actas dicen otra cosa. "El ministro (Rubalcaba) tiene un montón de cartas que no ha hecho públicas. Sabiendo que se pide dinero decimos que no consta", aseguraba ayer El Mundo.