Acto seguido, se centra en atacar a la propia querella, empezando por descalificar al sindicato que la ha presentado: "Lo de menos es que el dirigente y posiblemente único militante del sindicato querellante sea un conocido ultraderechista", un "dato" que pese a ser "lo de menos" se cuela en los primeros párrafos del artículo.
Otro objeto de crítica en el artículo es, como no, el Partido Popular, cuyas opiniones se califican de "esquizofrenia judicial" porque "celebra por todo lo alto la posible imputación de Garzón mientras parece no haberse enterado todavía de la de Camps". El muy diferente tratamiento que Camps y Garzón reciben como imputados en el propio rotativo de Prisa no merece, por el contrario, ser calificado de esquizofrénico.
Los argumentos que el editorialista esgrime en defensa de Garzón son en algunos momentos llamativos, por ejemplo, aseguran que "la actuación del juez ha causado perjuicio alguno a personas vivas sino que ha estado guiada por el deseo de devolver la dignidad a víctimas de la Guerra Civil cuyos restos yacen en fosas comunes".
También se dice que "Si de algo se puede acusar a Garzón es de haber defendido con ardor su competencia" y que el hecho de que Garzón desoyese las advertencias del fiscal "no prueba que prevaricase". Precisamente, el delito de prevaricación consiste en tomar resoluciones injustas a sabiendas de que lo son, por lo que los avisos del fiscal sí podrían ser claves para que Garzón no pudiese esgrimir en su defensa que desconocía que sus actuaciones podrían ser ilícitas.
Llamativo es que en un momento se reconozca que "la argumentación jurídica de Garzón pudiera ser tachada de endeble", así como de "polémicas no pocas de las cuestiones que planteaba".
Y es que a partir de ese punto la defensa de El País se torna algo más frágil, como cuando afirma que "la megalomanía y el afán de notoriedad que algunos le atribuyen y que consideran el verdadero motivo de su actuación no constituye, al menos de momento, rasgo definitorio del delito de prevaricación". Es posible que no sea rasgo definitorio, pero parece difícil negar que un perfil en esa línea ayude a deslizarse por cierto tipo de delitos.
En el último párrafo del artículo el rotativo de Prisa desliza la única crítica al Tribunal Supremo, afirmando con la aceptación de esta querella "se abre un portillo a la desestabilización del sistema judicial por el que entrarán en tromba grupos o personas especializados en la instrumentación de la justicia", una "peligrosa cancela" que "ha entreabierto" el TS.