Cubillas, miembro de la banda terrorista, trabaja actualmente como funcionario de la administración del golpista venezolano Hugo Chávez y presunto instructor de etarras en el país latino. Además está también presuntamente relacionado con las FARC y asesora al régimen venezolano en sus políticas de expropiación.
Cubillas, según recuerda La Razón, ha ejercido como agente activo a la hora de expropiar terrenos, fincas y propiedades en Venezuela. Hasta ahora ha expropiado cerca de 40.000. "La gente sabe muchas más cosas de Cubillas que lo que se sabe en España. Ha incautado numerosas tierras que son invadidas por bandas armadas del Gobierno venezolano, roban el ganado y varios extremistas de ETA participan en esas expropiaciones. Además, el porcentaje de españoles expropiados es curiosamente elevado", han asegurado las fuentes del diario.
Los que trabajan con él destacan que "Cubillas nunca ha sido visto con buenos ojos por aquí, es un hombre imprudente, muy peleón, y busca siempre el conflicto". "Hay una parte de la población que le repudia, pero también otros simpatizan con él de la misma manera que simpatizan con el Gobierno venezolano o con los jefes de las FARC".
Según La Razón, José Arturo Cubillas Fontán es también un empresario próspero. Tiene Un restaurante de la Casa Vasca donde celebra el día del soldado vasco, y también ha montado otro en El Hatillo, al que bautizó con el nombre de Oker, el nombre del grupo de ETA al que perteneció. Posteriormente, aparcó los fogones para dedicarse a dirigir la Oficina de Administración y Servicios del Ministerio de Agricultura y Tierras en 2005. Desde 2007 es jefe de seguridad del Instituto Nacional de Tierras, que ya ha confiscado 40.000 fincas supuestamente improductivas.
Su nivel de vida es elevado: tiene coche oficial, viajes pagados, guardaespaldas, buena casa..."se mueve a un alto nivel, tiene paso en todos sitios". Su nómina en los tres últimos años ha sido de 104.347 bolívares, unos 20.000 euros. Su trabajo es una tapadera, según la oposición, para seguir ligado a actividades terroristas. Los etarras en Venezuela "se integran muy bien y montan restaurantes. Además, nos encanta la comida vasca", dicen fuentes de la oposición a Chávez.
Se le ha podido ver "de tragos" con mandos de la Guardia Nacinal venezolana y de la Dirección de Inteligencia Militar. "Cuando se trasladó con los terroristas para entrenarlos, iba con hombres con chalecos, de los que ponen orden aquí, los de seguridad", dice un caraqueño.