En los últimos días el caso del chivatazo a ETA es un hervidero de informaciones. Declaraciones de mandos policiales, informes sobre las cintas de vídeo grabadas en torno al bar Faisán, el registro de las llamadas desde los teléfonos de los imputados en los momentos previos y posteriores a la filtración... Mucho se habla y más se hablará en lo sucesivo del soplo policial que se dio al aparato de extorsión de ETA el 4 de mayo de 2006 en el bar de Joseba Elosúa.
Sin duda, este procedimiento -que estuvo tres años ‘dormido’ en los cajones del juzgado de Instrucción Número 5 de la Audiencia Nacional por culpa del magistrado Baltasar Garzón- se ha reactivado en el último mes.
A continuación, se detallan las principales pruebas que se han practicado o se han solicitado desde que el juez ha dado un nuevo impulso a la causa.
- DECLARACIONES: En los últimos días han desfilado por la Audiencia Nacional varios de los miembros que ocupaban la cúpula de Interior en la época en la que se produjo la delación policial. Es el caso del que fuera jefe de la UCI cuando se produjo el soplo, José Cabanillas, del ex comisario general de Información, Telesforo Rubio, el director general de la Policía y Guardia Civil, Joan Mesquida, actual secretario de Estado de Turismo y Miguel Ángel Fernández Chico, director adjunto operativo de la Policía.
Del mismo modo acudierona declarar ante Ruz, José Manuel García Varela, director adjunto operativo de la Guardia Civil, ahora retirado, y Pablo Martín Alonso, general jefe de Información de la Guardia Civil.
Según el confidencial.com, también ha testificado el exministro Javier Moscoso –uno de los hombres que Zapatero eligió para llevar a cabo la negociación con ETA-. Por su parte, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha solicitado al instructor Pablo Ruz que vuelva a declarar el investigador del chivatazo, Carlos Germán.
- TRÁFICO DE LLAMADAS: El magistrado ordenó el pasado 1 de febrero identificar a los usuarios de tres teléfonos pertenecientes a la Subsecretaría del Ministerio del Interior que desde la noche anterior a la delación el 4 de mayo de 2006 hasta septiembre de ese año intercambiaron llamadas con el ex director general de la Policía Víctor García Hidalgo y el jefe superior de la Policía en el País Vasco, imputado en la causa.
Uno de esos tres teléfonos pertenecía al número dos de Rubalcaba, el secretario de Estado de Interior, Antonio Camacho. El juez no lo citó a declarar porque consideró que su testimonio no era "determinante" para el esclarecimiento de los hechos.
- LAS GRABACIONES: El juez ordenó a la Guardia Civil que aportara al sumario un informe sobre las grabaciones en torno al bar de Joseba Elosúa para averiguar por qué contienen pasajes en negro justo en el momento que se produjo el soplo. La Benemérita concluyó que los cortes de los vídeos no fueron "accidentales".
Según este el informe pericial, los pasajes negros de las cintas habrían sido realizados en tiempo real por el equipo de investigación que dirigía el entonces inspector Carlos Germán. Sin embargo, la Comisaría General de Policía Científica sostenía que los cortes podrían haberse producido "por agentes externos, accidentalmente o por deterioro". La conclusión a la que llegó el Instituto Armado es bien distinta choca con la tesis de la Policía.
Por otro lado, y según informa este martes El Mundo, el equipo de Carlos Germán ha aportado cinco años después las imágenes donde aparece el inspector Ballesteros –uno de los imputados en la causa- saliendo del bar Faisán durante el momento del chivatazo. En aquella época, este inspector estaba destinado en Vitoria y era el hombre de máxima confianza de Enrique Pamiés, jefe superior de Policía del País Vasco.