La segunda sesión del juicio contra el ex-portavoz de Batasuna Arnaldo Otegui y las proetarras Itziar Galardi y a Josune Irakulis, acusados de un delito de enaltecimiento del terrorismo, reunión ilícita y humillación a las víctimas, ha estado marcada por el protagonismo de la presidenta de la Sala Ángela Murillo y los problemas de traducción de los vídeos que varios medios de comunicación capturaron en el acto.
La vista arrancaba pasadas las diez de la mañana con el testimonio de periodistas que cubrieron el acto que se celebró el Amorebieta (Vizcaya) en julio de 2005 en homenaje al preso etarra José María Sagarduy. Todos ellos ratificaron los datos que sus crónicas narraron entonces.
También declaraba en calidad de testigo la esposa del terrorista ensalzado, Concepción Luna, quien ha dicho aquel día simplemente se celebró "un acto político para pedir la libertad de un vecino que llevaba muchos años en la cárcel". El etarra Sagarduy se encuentra en prisión por el homicidio en 1978 del jefe carlista José María Arrizabalaga y otros delitos terroristas. Además, la mujer dio dos besos a en la Sala Arnaldo Otegui, algo cuanto menos inusual durante la celebración de una vista oral.
Polémico visionado
Aunque sin lugar a dudas, la sesión de este miércoles ha estado centrada en la polémica creada en torno al visionado de los vídeos donde se puede observar a Otegui participando en el acto a favor del preso de ETA. El primer rifirrafe surgió cuando la presidenta del tribunal, Ángela Murillo, ha pedido a la intérprete que tradujera la frase que aparecía en la pancarta que presidía el escenario, y ésta ha dicho: "Liberad o soltad a Gatza".
En ese momento, la defensa de Otegi y Galardi, Jone Goirizelaia, ha considerado errónea la traducción y la magistrada le ha pedido que lo tradujera ella misma, a la que no ha accedido porque "no es labor" de la defensa.
La traductora ha precisado entonces que "Askatu Gatza" significa "Libertad para Gatza", tras lo que ha pedido perdón a la defensa, aunque Murillo le ha dicho: "Aquí no tiene que pedir ningún perdón a nadie".
Posteriormente, las acusaciones han solicitado a la sala que se tradujeran las palabras de Otegi, pero Goirizelaia se ha negado. Por surrealista que pueda parecer, la traducción de esos vídeos no consta en el procedimiento a pesar de ser una prueba fundamental para demostrar que los batasunos delinquieron. Para más énfasis, hay que señalar que la causa lleva años en la Audiencia Nacional.
"La Sala no ha entendido ni papa"
Más tarde llegó la proyección de un vídeo del discurso de Otegi en el homenaje y las quejas de las acusaciones populares- las víctimas- por la traducción de éste (en vasco), la juez interrumpió el juicio y dijo: "Es evidente que la Sala no ha entendido ni papa".
Por ello, la presidenta de la Sala interrumpió la vista durante algo más de media hora para que se tradujesen las palabras del ex-portavoz de ETA-Batasuna. Pero el juicio se reanudaba con un nuevo incidente. El tribunal no se había dado cuenta que faltaba el fiscal, lo que en palabras de Murillo calificó como "un pequeño detalle".
Finalmente, la traducción de los vídeos se llevó a cabo aunque ésta no ha sido aceptada por la defensa de los proetarras. Así las cosas, al tribunal no le quedó más remedio que suspender la vista hasta mañana, viernes.
Murillo ha emplazado a las defensas a presentar mañana un contraperitaje de esta traducción, lo que Goirizelaia ha considerado "difícil de conseguir" en tan poco tiempo y no ha querido comprometerse para mañana.
"Hombre, si fuera El Quijote, pero para un trocito", ha replicado la magistrada, que ha añadido que se realizará una nueva traducción por parte de otro intérprete de euskera de la Audiencia Nacional y ha instado a las defensas a aportar su perito en la sesión de mañana.
Pero éste se renueva con un último incidente en un juicio que se parecía más que nada a un circo. Al término de la sesión, cuando Otegi abandonaba la sala escoltado con agentes de la Policía Nacional, una decena de amigos y seguidores del dirigente batasuno le han aplaudido y han lanzado gritos de apoyo, tales como "aupa Arnaldo"·. Gritos que han provocado el enfado de la magistrada Murillo, quien les ha reprendido y les ha prohibido la entrada en la sesión de mañana.