(Libertad Digital) La operación contra el entramado de extorsión y finanzas de ETA, coordinada por Grande Marlaska con la juez francesa Le Vert, pudo llevarse a cabo el 4 de mayo. Sin embargo, las detenciones y los registros no se produjeron hasta el martes 20 de junio porque en la ocasión anterior una filtración reventó la operación antiETA.
Fuentes de la Audiencia Nacional han relatado al diario El Mundo cómo cuando uno de los detenidos el martes, Joseba Elosúa, salía en mayo de su casa se le acercó una persona que le avisó de que estaba siendo objeto de seguimiento policial. Ese individuo le dijo que si realizaba el pago previsto para ese día iba a ser arrestado. Además, le entregó un teléfono móvil con el que habrían mantenido una segunda conversación.
Las Fuerzas de Seguridad tuvieron conocimiento de este chivatazo gracias a las intervenciones telefónicas que por orden del juez se estaban llevando a cabo sobre los sospechosos de pertenecer a ETA. Lo más llamativo es que Elosúa identifica en las conversaciones a la persona que evitó su detención como un miembro del Cuerpo Nacional de Policía.
Ahora la investigación trata de determinar si realmente fue un policía el que se le acercó y le advirtió de que las fuerzas de seguridad estaban vigilándole y le iban a detener. Según ha adelantado la Cope, todas las hipótesis están abiertas. Las pesquisas se centran en las escalas superior y técnica del Cuerpo.
También se investiga en la Audiencia si un dirigente del PNV que se reunió con Elosúa el 3 de mayo en una sidrería de Rentería le entregó dinero procedente de la extorsión a empresarios vascos. Se sospecha que es el mismo dinero, 60.000 euros, que el etarra iba a entregar al día siguiente en su bar al recaudador francés de ETA, Cau Aldanur. Ambos fueron detenidos este martes.