L D (Agencias) La comparecencia del jefe de la UCO se centró en el confidente Rafá Zohuier, quien, según Hernando, "debería llamarse chivato más que confidente". Además, precisó que fue él quien estableció contacto para mejorar sus condiciones carcelarias y que esta gente "suele mezclar ficción con realidad". En general, dijo, "son delincuentes oportunistas, chivatos, que mienten".
Respecto a la espeluznante coincidencia del coche robado por ETA en la calle donde vivía Suárez Trashorras y con el que atentó en Santander, Hernando aseguró que fue "una casualidad". Sobre la relación de la UCO con el confidente, Hernando dijo que, antes del primer contacto del 12 de marzo, hubo tres contactos telefónicos ese mismo mes, los días 4, 9 y 10 a través del agente Víctor. Según Hernando no hablaron sobre tráfico de explosivos y no avisó de los atentados porque el capitán "Víctor" no se lo ha comunicado. Para finalizar, lanzó una amenaza velada a Zouhier cuando manifestó su convicción de "la vida del confidente corre peligro cuando salga de la cárcel".
Hernando comenzó su comparecencia respondiendo que agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil contactaron el 12 de marzo, un día después de los atentados de Madrid, con el confidente Rafá Zouhier, pero en esas conversaciones "en ningún momento habló de los atentados", salvo para lamentarlos. El objeto de ese contacto, según Hernando, fue recabar su colaboración en la identificación de un "skin" a petición de la Guardia Civil de Cataluña.
Agregó el coronel que fue el día 16 cuando Zouhier se puso en contacto con los agentes para indicarles que conocía a uno de los detenidos por la masacre, cuya fotografía pudo ver ese día en televisión. Además, el jefe de la UCO negó que el confidente informara en algún momento a la Guardia Civil de quiénes eran los supuestos compradores de los explosivos que tenían en su poder los asturianos y dejó claro que Zouhier no se refirió nunca a la banda terrorista ETA. Nada aclaró sobre la muestra de explosivos que, según figura en el auto del juez, entregó a sus contactos en la Guardia Civil. Además, contradijo el informe remitido por el Gobierno a la comisión en el que se sostiene que no hubo conversaciones con el confidente hasta el 20 de marzo.