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El jefe de la UCIE cree "muy relevantes" los datos que relacionan a ETA con terroristas islámicos

Preguntado por Jaime Ignacio del Burgo por la posible conexión entre islamistas y ETA, Rafael Gómez Menor, responsable de la Unidad Central de Información Exterior de la Policía Nacional (UCIE), aclaró que si bien al principio podría descartarse, “ahora estoy leyendo los periódicos y creo que no debemos descartar nada”. Es, en su opinión, un dato "muy relevante". El jefe de la UCIE cree que si hay un autor intelectual de la masacre es "Abu Dahdah", cabecilla de Al Qaeda en España. Además, Gómez Menor aclaró que “ahora sigue habiendo amenaza y no estamos en Irak”.

L D (Agencias) La comisión de investigación sobre los atentados del 11-M comenzó este lunes con la comparecencia de Rafael Gómez Menor, responsable de la UCIE (Unidad Central de Información Exterior) de la Policía Nacional. Cuando se cometieron los atentados en Madrid su cargo lo ocupaba el comisario Mariano Rayón.
 
El comisario apuntó directamente a la autoría del 11-M: "Tengo muy claro el autor intelectual, si por autor intelectual entendemos la persona que ha conformado, preparado y adiestrado todo un grupo, ese señor es Abu Dahdah", es decir, Imad Eddin Barakat Yarkas, considerado cabecilla de Al Qaeda en España y encarcelado desde noviembre de 2001 procesado por el juez Baltasar Garzón, junto con Osama ben Laden, por los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos.
 
Gómez Menor reconoció que al principio pensó en ETA y reconoció que la pista de la cinta coránica encontrada en la furgoneta de Alcalá de Henares era sólo una pista si bien, el día después de los atentados, ese indicio podía llevara a pensar en una autoría islamista.
 
Según informa la agencia Europa Press, Mariano Rayón, entonces jefe de la UCIE, le encargó investigar las tarjetas telefónicas y de su trabajo policial se llegó al piso de Leganés donde se suicidaron varios terroristas del 11-M. A su juicio, fue "la mayor y más grande investigación" y el resultado fue "algo grandioso y reconocido a nivel internacional", y por eso dijo sentirse "profundamente dolido y decepcionado", porque considera que el mérito de su unidad "no ha sido reconocido lo suficiente", especialmente en comparación con los agentes de unidades contra ETA, que sí "han sido reconocidos".
 
El comisionado del PP Jaime Ignacio del Burgo le preguntó directamente si descartaba la conexión entre ETA y el terrorismo islámico. Gómez Menor reconoció que “ahora estoy leyendo los periódicos y creo que no debemos descartar nada”. Se refería el comisario a las últimas revelaciones según las cuales unos de los presos islamistas interrogado en prisión, Abdelkrim Beresmail, guardaba un papel en el bolsillo con los nombres de los etarras Harriet Iragi y Henri Parot. Para Gómez Menor es un "dato relevante" que se debe investigar.
 
El jefe de la UCIE, experto en terrorismo islámico, reconoció que la guerra de Irak pudo ser como mucho un ingrediente más de los atentados  pero no el único. De hecho, afirmó que “ahora sigue habiendo amenaza y no estamos en Irak”.
 
Vuelta a la trama de Avilés. Sin novedad sobre el café con los fiscales
 
Este lunes también compareció el fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Gerardo Herrero. Dijo, según informa la agencia EFE, que la Guardia Civil nunca les proporcionó dato alguno que permitiera "judicializar" la investigación sobre la trama de explosivos en la que estaban supuestamente implicados Antonio Toro y Emilio Suárez Trashorras.

Herrero confirmó que, a principios de 2003, un capitán del instituto armado –Marful– comentó el asunto de manera informal a un fiscal de Avilés, "en el ascensor y luego tomando un café", pero que entonces la investigación era "muy incipiente" y que "no había pruebas, y sin ellas no podía hacerse nada". El fiscal jefe afirmó que el oficial de la Guardia Civil quedó en volver otro día si conseguía más datos, pero que no lo hizo, y aseguró que "al no decirles prácticamente nada, los fiscales no pudieron hacer nada". Además, el propio Herrero dijo que él no asistió a esa reunión en la cafetería y que ni siquiera ocupaba el cargo de Fiscal jefe.

"No falló la comunicación, falló que ellos no tenían más datos", concluyó Herrero, que señaló que la Guardia Civil no llegó a solicitar ninguna diligencia e insistió en que "con lo que había en aquel momento no se podía obtener un mandamiento de entrada y registro o una intervención telefónica".

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