(Libertad Digital) Después de que hayan transcurrido tres semanas desde que el ex ministro de Defensa, Federico Trillo, fuera increpado en los pasillos del Congreso por un grupo de familiares de las víctimas del Yak–42, el informe del secretario general de la Cámara Baja, Manuel Alba, atribuye la responsabilidad a la diputada socialista Carmen Sánchez.
El diario La Razón ha tenido acceso a dicho informe, que todavía no ha hecho público Manuel Marín, en el que están, entre otras, las siguientes conclusiones:
1. "(...)Los artículos 64.1 y 107 del Reglamento del Congreso no son sino expresiones normativas de ilimitada libertad de la que los diputados deben gozar en el recinto parlamentario. Y para esa libertad es imprescindible contar con la necesaria seguridad, protección y ausencia de coacción en el ejercicio de su función".
2. "M.L.R., una de las familiares del Yak–42, asistió de manera indebida a la sesión de la comisión, camuflada entre los representantes de los medios de comunicación(...). Además, la presencia de los otros dos protagonistas del incidente en la zona aledaña a la sala era indebida e innecesaria, y acabó siendo gravemente perjudicial para el buen orden parlamentario. El hecho de que tras ser interrogados por el inspector de servicio no fuesen conducidos a otro lugar, e incluso evacuados, se debió a que fueron acreditados como invitados de una diputada, lo que, en principio, era una presunción favorable a su correcto comportamiento. Esta presunción no tuvo, desgraciadamente, confirmación posterior".
3. "(...)El inspector de servicio no se encontraba presente durante el incidente. La ausencia de inmediación impidió lo que debió ser la conducta adecuada: protección inmediata al diputado interpelado y retención e identificación de los causantes del incidente".
Los socialistas le acusan de no evitar el enfrentamiento
El POSE ha presentado su particular "enmienda a la totalidad" al informe del secretario general del Congreso. El grupo socialista entiende que "Trillo, lejos de obviar el enfrentamiento, parece no evitarlo". Sostiene, además, que sus invitados fueron autorizados para entrar en el Congreso, y que M.L.R., a quien se acusa de haberse camuflado entre los periodistas, es una profesional de TVE y que había pedido a su medio que le acreditase como tal, circunstancia esta que no consta en los registros de la Cámara. No hubo a juicio del PSOE, desorden de carácter grave, "ni insultos, ni empujones, ni descalificaciones, como mucho un intercambio tenso...".