LD (EFE) Rodríguez Uribes, que participa en las VI Jornadas de la Asociación Andaluza de Víctimas del Terrorismo, ha dicho que "el Estado y la sociedad se portan cada vez mejor" porque el primero "nunca funciona al margen" de la segunda.
Ha recordado que en los primeros años en que hubo atentados, en la década de los setenta, "había muchas dificultades para ser solidarios pero la situación ha cambiado". Sin embargo, eso "no quiere decir que vivamos en el mejor de los mundos posibles, pero sí estamos en situación de mejorar ese reconocimiento", ya que las víctimas "valoran más el reconocimiento moral y cívico que la ayuda económica".
Rodríguez Uribes ha señalado que la Dirección General que dirige desde hace tres meses intenta "satisfacer lo mejor posible las necesidades de carácter social, asistencial, de ayuda psicológica o asistencia jurídica" a las víctimas. Aunque "el sistema de protección a víctimas es el más avanzado del mundo, nada es perfecto" y por ello sigue habiendo problemas sin resolver, "sobre todo respecto a las víctimas de los años setenta que no fueron tratadas adecuadamente y que tenemos que revisar para mejorar su situación".
En su opinión, también hay que trabajar con las familias de las víctimas del terrorismo porque "además del daño físico, el terrorismo produce estragos en las familias, problemas con el empleo o en el ámbito educativo", ya que aseguró que "los niños muchas veces tienen problemas para los estudios y tenemos que volcarnos para solucionar esa situación".
Ha recordado que en los primeros años en que hubo atentados, en la década de los setenta, "había muchas dificultades para ser solidarios pero la situación ha cambiado". Sin embargo, eso "no quiere decir que vivamos en el mejor de los mundos posibles, pero sí estamos en situación de mejorar ese reconocimiento", ya que las víctimas "valoran más el reconocimiento moral y cívico que la ayuda económica".
Rodríguez Uribes ha señalado que la Dirección General que dirige desde hace tres meses intenta "satisfacer lo mejor posible las necesidades de carácter social, asistencial, de ayuda psicológica o asistencia jurídica" a las víctimas. Aunque "el sistema de protección a víctimas es el más avanzado del mundo, nada es perfecto" y por ello sigue habiendo problemas sin resolver, "sobre todo respecto a las víctimas de los años setenta que no fueron tratadas adecuadamente y que tenemos que revisar para mejorar su situación".
En su opinión, también hay que trabajar con las familias de las víctimas del terrorismo porque "además del daño físico, el terrorismo produce estragos en las familias, problemas con el empleo o en el ámbito educativo", ya que aseguró que "los niños muchas veces tienen problemas para los estudios y tenemos que volcarnos para solucionar esa situación".