El Partido Popular respaldó la manifestación de víctimas del terrorismo, pero se cuidó muy mucho de no afirmar que era una protesta en contra del Gobierno. Así, mientras Alfredo Pérez Rubalcaba y José Luis Rodríguez Zapatero -por ese orden- eran epicentro de las críticas de los miles de asistentes, los portavoces populares insistían en los mensajes preventivos.
Fueron decenas los altos cargos de la formación, incluyendo varios miembros del Comité de Dirección, los que participaron en la marcha, si bien finalmente Mariano Rajoy se ausentó prefiriendo participar en una gala en la que le entregaban un premio. "Soy un mandao, hago lo que me digan", dijo el jefe de la oposición en la víspera. "Está de corazón", defendieron fuentes autorizadas.
El propio Rajoy excusó su presencia a la presidenta de la AVT, Ángeles Pedraza, con una llamada telefónica. "Falta uno", reconoció Esteban González Pons, en el programa especial de esRadio, si bien dejó claro que "todo el PP" está con las víctimas. "Siempre con las víctimas", añadió María Dolores de Cospedal.
Sin embargo, la comitiva del PP tuvo que escuchar más de un reproche de los manifestantes. "¿Dónde está Rajoy?", se gritó en más de una ocasión. "Son minoritarios", replicó raudo el vicesecretario de Comunicación, que puso el acento en que ni el Gobierno ni el PSOE estuvieron representados.
Ésa fue la primera crítica: la ausencia de socialistas. La segunda vino en clave de advertencia: "Con ETA no se negocia, con ETA se termina". Y la tercera fue un auténtico ultimátum: Batasuna no puede colarse en las instituciones el próximo 22-M.
Pero lo que no quiso asumir ningún dirigente del PP es que la marcha era en contra el Gobierno; "Mintió" en la anterior legislatura, sí, pero "por ahora no ha hecho nada que no deba", recalcó González Pons.
"Me pregunto si están mintiendo otra vez", continuó, si bien no llegó más allá y no asumió las tesis de Jaime Mayor Oreja; la de que el Ejecutivo negocia con los terroristas. Tampoco lo hizo la secretaria general, que destacó que "nuestro mensaje es muy claro: ETA, se llame como se llame no puede estar en las elecciones ni en las instituciones, ETA lo que tiene que hacer es disolverse, entregar las armas y pedir perdón a las víctimas".
En caso de que el Gobierno se salte estas advertencias y a) deje que ETA esté presente en las elecciones o b) esté negociando con los terroristas, Antonio Basagoiti echaba mano de las encuestas para asegurar que "si el Gobierno mete la pata, Rajoy la sacará pasado mañana". Los más contundentes, en esRadio, los diputados Ignacio Cosidó –que echó en cara a Rubalcaba el caso del bar Faisán- y Cayetana Álvarez de Toledo -que hizo suyo el grito de "Zapatero dimisión"-.