L D (Agencias) El secretario de Estado de Comunicación del Gobierno, Fernando Moraleda, ha asegurado que el proceso de paz necesita "discreción, confianza y una cierta altura de miras" para poder seguir adelante, como respuesta al "aviso muy serio" que los populares enviaron este lunes al presidente del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, por medio de Ángel Acebes al considerar que la línea que está llevando La Moncloa en su política antiterrorista "no es el camino". A esto ha añadido que "el presidente y el líder de la oposición, Mariano Rajoy, están teniendo una interlocución directa y personal. Así fue el compromiso del presidente, pero será respetuoso en la discreción tanto del contenido como del hecho mismo de las llamadas. Este será el comportamiento de prudencia que mantendrá el presidente".
Moraleda ha indicado que sobre el contenido del segundo informe elaborado por Interior "sólo cabe discreción" y ha reiterado que el Ejecutivo ya ha dado a conocer la "información más relevante", que es que el alto el fuego es "real". "Toda aquella otra (información) que contenga y que puedan dificultar cualquier acción sobre el objetivo final de verificar que el alto el fuego es real, en estos momentos tenemos que someterla a la discreción", ha dicho.
Las declaraciones del secretario de Estado de Comunicación han llegado tras el encuentro que el presidente del Gobierno ha mantenido en el Palacio de La Moncloa con el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka. En el mismo, Zapatero ha transmitido al dirigente peneuvista su deseo de dar un protagonismo especial a este partido en el proceso de paz, y ambos han coincidido en que "la más mínima" extorsión o amenaza de la organización terrorista ETA lo invalidaría.
Erkoreka ha explicado que Zapatero le ha confirmado que, por los datos de que dispone, "no revisten gravedad o riesgo alguno" las cartas de extorsión remitidas por ETA a algunos empresarios navarros porque fueron remitidas antes del anuncio de alto el fuego, al tiempo que ha rechazado que una supuesta consolidación del proceso de paz supusiese la salida inmediata de la Policía y la Guardia Civil de la comunidad vasca, tal y como reivindicaban los terroristas de ETA en su último Zutabe (boletín interno).