(Libertad Digital) Dicha auditoría se lleva a cabo a pocas semanas de que la Consejería de Interior deje de estar en manos nacionalistas, y de que los socialistas vascos se hagan cargo de la misma. De cara a intentar solventar el problema, Miguel Ángel Cabieces, delegado del Gobierno en el País Vasco, ha convocado a los responsables de los dos primeros cuerpos tras realizar un exhaustivo seguimiento de la situación, publica El Mundo.
A la ronda de contactos también se ha unido el CNI, que ha requerido además una descripción precisa entre los problemas entre los cuerpos policiales. Los informes recibidos suponen un grave ejemplo de falta de colaboración e incumplimiento de protocolos. Los responsables policiales describen un panorama en el que el intercambio de información es escaso y hasta nulo, según El Mundo.
Operaciones solapadas, ocultación de datos en la lucha contar ETA... Pese a que no hay protocolos escritos, sí hay supuestos lógicos que saltan permanentemente por los aires. Las dificultades se extienden incluso a terrenos como la identificación de extranjeros y la seguridad ciudadana, en los que sí hay directrices claras a la hora de colaborar.
La tradicional rivalidad y falta de comunicación entre Policía y Guardia Civil se agrava en el caso de la Policía Autónoma. El Mundo asegura que las declaraciones oficiales sobre la mejora progresiva en la coordinación de los agentes suelen ser maquilladas: La gestión de una Policía marcadamente nacionalista es ahora uno de los principales retos de Patxi López.
Y es que la Ertzaintza fue constituida como una exigencia estatutaria en una Comunidad que veía como ajena la actuación de cualquier otra fuerza policial o militar, y que además no consideraba la lucha policial como algo fundamental en la lucha contra el terrorismo. No obstante, según El Mundo, ETA acabó repudiándola también porque consideraba que tampoco se trataba de la denominada "policía del pueblo" a la que aspiraba.
Se les ha acusado de no hacer detenciones durante largos períodos acatando directrices políticas cada vez más incomodas para los integrantes de un cuerpo aquejado de dificultades: los agentes de la Ertzaintza, a su vez, se quejan de las dificultades a la hora de acceder a informaciones relativas a la banda terrorista ETA y para actuar en el territorio vecino francés.