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El Gobierno asciende a Félix Hernando a general de brigada

De creer la versión oficial de los atentados, la masacre del 11-M fue posible gracias a una negligencia monumental, nunca explicada y de la cual nadie se ha hecho responsable. Esa supuesta negligencia habría permitido que una trama de traficantes asturianos, dirigida por un confidente de la Policía (Emilio Suárez Trashorras), suministrara dinamita a unos terroristas islámicos gracias a la intermediación de Rafá Zouhier, otro confidente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Ahora, el consejo de ministros ha acordado ascender a general de brigada al coronel que entonces dirigía la UCO.

De creer la versión oficial de los atentados, la masacre del 11-M fue posible gracias a una negligencia monumental, nunca explicada y de la cual nadie se ha hecho responsable. Esa supuesta negligencia habría permitido que una trama de traficantes asturianos, dirigida por un confidente de la Policía (Emilio Suárez Trashorras), suministrara dinamita a unos terroristas islámicos gracias a la intermediación de Rafá Zouhier, otro confidente de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil. Ahora, el consejo de ministros ha acordado ascender a general de brigada al coronel que entonces dirigía la UCO.
L D (Luis del Pino) El coronel de la Guardia Civil Félix Hernando, ha sido ascendido este viernes a general de brigada por el Consejo de Ministros. Hernando, de 60 años, dirige la UCO desde hace ocho años, a donde llegó procedente del Servicio Fiscal y de Fronteras.
 
El nombramiento como general de brigada obligará a Hernando a abandonar la jefatura de la UCO, reservada a los guardias civiles con el rango de coronel o teniente coronel. Su relevo al frente de esta unidad, perteneciente al Servicio de Policía Judicial de la Guardia Civil, aún no está decidido.
 
La UCO, que cuenta aproximadamente con 300 agentes, es una suerte de órgano central en temas de policía judicial con el que cuenta el Instituto Armado para perseguir a las bandas organizadas de delincuentes, ya se dediquen al narcotráfico, el robo de coches de lujo o los atracos, entre otras modalidades del crimen. Igualmente persigue otros delitos, cuyas características requieren de la especialización de los agentes, como la pornografía infantil en Internet.
 
El nombre del coronel Hernando, hasta ahora jefe de la Unidad Central Operativa (UCO), tuvo una gran relevancia mediática en las investigaciones del 11-M desde que trascendiera la supuesta implicación en los hechos de Rafá Zouhier, confidente de la UCO. Ya durante las reuniones de la Comisión de Investigación del 11-M, las contradicciones entre lo declarado por Zouhier, por sus controladores de la UCO y por el propio coronel Hernando llenaron numerosas portadas de periódicos, principalmente a cuenta de la información que pudiera obrar en la UCO, con anterioridad al 11-M, acerca de la trama de tráfico de explosivos asturiana.
 
Buena parte de la notoriedad de Hernando se debía a su implicación en el llamado "caso de los maletines": los pagos con fondos reservados a las mujeres de Amedo y Domínguez, en la época de los GAL. Hernando, junto con el comisario de policía Aníbal Machín y el secretario de Rafael Vera, Juan de Justo, fue quien transportó a Suiza el dinero destinado a comprar el silencio de aquellos dos testigos principales del caso GAL. Cuando Vera era "número dos" de Interior, Hernando ostentaba la jefatura del Servicio de Información Exterior.
 
Después de numerosos retrasos, el juicio por el "caso de los maletines" terminó celebrándose el pasado noviembre, y la Audiencia Provincial de Madrid condenó a Rafael Vera y a Juan de Justo, pero el coronel Hernando fue absuelto. El comisario Machín no pudo ser juzgado, por haber fallecido cuatro meses antes del juicio.
 
Por lo que al 11-M respecta, la versión oficial trató de sostener desde el principio la tesis de la negligencia para explicar la implicación de tantos confidentes en el suministro de la Goma2-ECO con la que se habrían volado los trenes. Sin embargo, las investigaciones posteriores han ido poniendo cada vez más en duda que realmente explotara en los trenes ninguna dinamita procedente de Asturias.
 
Desde este punto de vista, el supuesto episodio de suministro de explosivos a la "célula de Leganés" a través del confidente de la UCO Rafá Zouhier podría no ser sino una más de las cortinas de humo fabricadas a posteriori de los atentados para construir una versión oficial con la que explicar la masacre. Y el nombre del coronel Hernando habría resultado crucial para garantizar la credibilidad de esa versión, precisamente por lo notorio de sus relaciones con Rafael Vera y por su participación en los pagos a Amedo y Domínguez.
 
Para que la opinión pública aceptara la inverosímil historia oficial, ¿qué mejor forma que sugerir la existencia de oscuras tramas negras detrás de ese triángulo de delincuentes de medio pelo formado por Trashorras, Zouhier y ese Jamal Ahmidan que acabó apareciendo muerto en Leganés? Sin esas siempre sugeridas, pero nunca concretadas, tramas negras, ¿hubiera alguien llegado a aceptar que esos personajes hubieran podido cometer, ellos solos, la mayor masacre terrorista de la historia de Europa?
 
Sea como sea, el Gobierno que ascendió al poder al grito de " Queremos saber la verdad " acaba de ascender a general de brigada al jefe de la UCO, sin haberse dignado a explicar a los españoles cuál fue el papel concreto que esa unidad jugó tanto antes, como después de los atentados.

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