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El etarra Urrusolo Sistiaga dio por hecho en una carta a otra terrorista que ETA perpetró el 11-M

Alejado de la dirección etarra desde 1997, cuando se mostró crítico con el asesinato de Miguel Ángel Blanco, el sanguinario Urrusolo Sistiaga asumió desde un primer momento que ETA estaba detrás del 11-M. Así se lo trasladó a su compañera de atentados, Carmen Guisasola, en una carta en la que mostraba su temor a que sus compañeros hubieran “podido hacer semejante barbaridad”.

(Libertad Digital) Aunque el etarra, en la prisión madrileña de Soto del Real desde agosto de 2001, muestra dudas iniciales sobre la autoría del 11-M, se decanta como hipótesis más posible por el sello de ETA. Según adelante El Mundo, el terrorista reconoce que sus compañeros de la banda terrorista son capaces de una matanza así y la vincula a los últimos “derrapes”, en alusión a los intentos fallidos de provocar un atentado similar en la estación de Chamartín o en la estación de esquí de Valle de Arán.
 
En la carta, recogida en el libro de Casimiro García-Abadillo que acaba de salir a la venta, Urrusolo Sistiaga reconoce que “tengo la cabeza a presión y me siento hecho polvo. Ya desde la mañana, al escuchar lo de las explosiones en trenes me he temido lo peor”. El ex dirigente etarra continúa: “A medida que el desastre iba tomando esas proporciones he tratado de entender, de intentar comprender qué es lo que ha podido pasar, de saber quién puede estar detrás”. Y reconoce que “cuesta creer que, a pesar de que últimamente los derrapes podría tener consecuencias que nos temíamos, hayan podido hacer semejante barbaridad”.
 
Esta carta es uno de los documentos que los servicios de Información de las Fuerzas de Seguridad facilitaron al Gobierno un día después de la masacre y que avalaban la tesis de ETA como autora de los atentados. Junto a esta misiva figura otra que un islamista radical envió a Urrusolo Sistiaga un día después de los atentados en Nueva York y Washington. Se trata de Targu Ismail, que celebraba el 11-S y especulaba con una posible colaboración entre grupos islamistas y ETA. Esta carta también fue presentada por los servicios de Información para recalcar las relaciones entre los etarras y los terroristas islámicos.

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