El etarra Fernando García Jodrá llegó el lunes a la prisión de Córdoba donde su pareja, la también terrorista Nerea Bengoa cumple su condena, y ya pasó allí la noche aislado de su compañera sentimental. El diario publica esta información confirmada por fuentes penitenciarias.
El traslado fue aprobado por el juez de Vigilancia Penitenciaria José Luis de Castro, y contó con el aval de la Fiscalía. Ésta era la mejor opción por motivos de seguridad, argumentan, y para evitar el elevado coste que supondría trasladar al etarra de la cárcel de Huelva a la de Córdoba cada vez que el tratamiento lo exigiera, publica El Mundo.
El etarra permanecerá allí unos días y después volverá a ser trasladado a Huelva. El martes por la mañana Txomin acudió al Hospital Reina Sofía, donde recibe tratamiento Bengoa, para someterse a distintas pruebas.
El terrorista está condenado a 34 años y compartió, de hecho, prisión junto a su pareja durante seis hasta que fue trasladado a Huelva en junio debido a su actitud conflictiva.
El polémico tratamiento al que se somete Jodrá viene provocando protestas desde el mes de mayo. La Junta andaluza negó que ambos hubieran sido tratados de forma favorable por la Sanidad pública. Los etarras, dicen, siguieron los cauces legales en las mismas condiciones que el resto de ciudadanos. La AVT recordó, no obstante, que "a muchos padres les fue arrebatada de la manera más cruel y sangrienta el derecho a la paternidad" y es una "bofetada en la cara de las víctimas" la decisión judicial del traslado.
Indagar sobre Usabiaga
También publica El Mundo la decisión del juez Pablo Ruz de ordenar cuáles son las actividades a las que se dedica el ex dirigente proetarra Rafael Díez Usabiaga, además de cuidar a su madre enferma, decisión por la que fue liberado por el juez Garzón alegando "razones humanitarias", pese a no disponer en ese momento de informes de Dependencia. Ruz ha estimado que podría estar haciendo gestiones en nombre de Batasuna.
La orden atiende a una petición de Voces contra el Terrorismo y del fiscal. La diligencia del magistrado expone que la orden policial debe informar "a este juzgado sobre posibles actividades realizadas por el procesado que hayan podido ser incompatibles con el auto de libertad y de medidas cautelares dictadas por este juzgado".
Según informa el diario de Unidad Editorial, las asociaciones de víctimas siempre han sospechado de las actividades que Usabiaga lleva a cabo desde que salió de prisión. Entendían que Usabiaga iba a reincidir en sus gestiones en nombre de Batasuna.
La situación fue denunciada en el juzgado de Ruz por la asociación Voces contra el Terrorismo, de la que forma parte Verde Esperanza. En ella se destacaban diversas informaciones sobre las actuaciones de Usabiaga tras su excarcelación. Los especialistas en la lucha antiterrorista sitúan a Usabiaga como la principal figura del entorno proetarra en libertad, ya que Otegi sigue preso. Es el protagonista indiscutible de los movimientos de Batasuna y su entorno.
El proetarra tiene la obligación de presentar al magistrado un informe quincenal sobre la atención diaria a su madre, que fue el motivo de su puesta en libertad. Y según informaciones publicadas por el propio diario, el cuidado a su madre no era constante. De hecho, los cuidados reales apenas alcanzaban la hora diaria.