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El Ejército realizará en febrero en Zaragoza los primeros vuelos nocturnos con el avión espía español SIVA

El Ejército de Tierra pondrá a prueba las capacidades del Sistema Integrado de Vigilancia Aérea (SIVA) –el primer demostrador íntegramente español de un vehículo aéreo no tripulado (UAV, por sus siglas en inglés)– a comienzos de febrero en el Centro Nacional de Adiestramiento de San Gregorio (Zaragoza) y realizará, por primera vez en su historia, vuelos nocturnos con captación y transmisiones de imágenes aéreas. Con unos cinco metros de envergadura y 300 kilogramos de peso, el SIVA es un demostrador de UAV diseñado por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y operado por el Mando de Artillería de Campaña (MACA) del Ejército, con base en León.

El Ejército de Tierra pondrá a prueba las capacidades del Sistema Integrado de Vigilancia Aérea (SIVA) –el primer demostrador íntegramente español de un vehículo aéreo no tripulado (UAV, por sus siglas en inglés)– a comienzos de febrero en el Centro Nacional de Adiestramiento de San Gregorio (Zaragoza) y realizará, por primera vez en su historia, vuelos nocturnos con captación y transmisiones de imágenes aéreas. Con unos cinco metros de envergadura y 300 kilogramos de peso, el SIVA es un demostrador de UAV diseñado por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y operado por el Mando de Artillería de Campaña (MACA) del Ejército, con base en León.
L D (Europa Press) Este sistema está compuesto por tres aparatos y una estación de control sobre el terreno, desde la que se transmiten las órdenes de vuelo, previamente programadas. Los dos máximos responsables militares del proyecto, el capitán Redondo, jefe del SIVA, y el teniente Fernández, jefe de la sección, explicaron a Europa Press que el avión no tripulado ha completado con éxito varios vuelos en instalaciones militares y, entre otras demostraciones, sendas misiones de seguimiento y vigilancia en tareas de extinción de incendios y de un supuesto secuestro de rehenes en una fábrica en colaboración con la Guardia Civil.
  
Las maniobras del UAV español en el campo de maniobras de Zaragoza permitirán comprobar su efectividad en diferentes condiciones orográficas y climatológicas durante los diez días en que estará volando por San Gregorio. Especial importancia tendrá la respuesta en los vuelos nocturnos, en los que deberá demostrar la capacidad para obtener imágenes nítidas con su cámara térmica y transmitirlas al control en tierra.
  
Con respecto a los usos tanto civiles como militares de este sistema, el capitán Redondo y el teniente Fernández señalaron que estos aparatos pueden tener muy diversas aplicaciones en ambos ámbitos, abarcando desde la detección de objetivos militares en zona de operaciones hasta la localización de pateras a la deriva en aguas españolas en la lucha contra la inmigración.
  
Alimentado por un motor de gasolina de dos tiempos con 80 litros de capacidad, el avión espía español puede operar a 10.000 pies de altura, unos 4.000 metros, con una autonomía de vuelo de seis horas y 150 kilómetros de alcance. En la actualidad, su despegue se realiza por medio de un sistema neumático lanzador y el aterrizaje se lleva a cabo con un paracaídas y un equipo de seis airbags.
  
El SIVA puede ser operado tanto en su aterrizaje como en su despegue por un sistema de radiocontrol, aunque esta opción, por el momento, no se utiliza porque sus operadores militares están completando el periodo de formación para poder realizar ambas maniobras, de especial dificultad.
  
Este vehículo aéreo no tripulado está dotado de una cámara con un sensor CCD y sensores infrarrojos, que permiten obtener imágenes en cualquier condición meteorológica y transmitirlas a la estación de control. El envío de imágenes es una aplicación extremadamente valiosa en las tareas de información en un teatro de operaciones y permite, además de reconocer el terreno en que se planea desplegar una unidad, localizar con exactitud blancos a alcanzar.
 
El avión dispone además de un ordenador de a bordo, con el que cumple el itinerario previamente programa en tierra con la estación de control. Cada aparato tiene un coste aproximado de unos 150 millones de euros y es el resultado de un proyecto iniciado por el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial en 1998.
  
El sistema fue entregado por el INTA al Mando de Artillería de Campaña en septiembre, una vez que el equipo militar encargado de operarlos completó el periodo de formación. En la actualidad, un oficial y tres suboficiales del MACA están realizando el curso de formación que les permitirá pilotar los UAV en el despegue y el aterrizaje por radiocontrol.
  
Ambas maniobras de pilotaje tienen especial dificultad toda vez que se trata de aparatos de 300 kilos de peso que en el aire pueden tener reacciones críticas. Los aspirantes a pilotos de estos UAV, entre los que figura también el campeón de España de aeromodelismo, se adiestran en la actualidad en el manejo de maquetas de menor envergadura que los aparatos SIVA.

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