El Pleno del Tribunal Constitucional se reunirá este jueves a partir de las diez de la mañana para debatir el séptimo y, probablemente, "último" intento de sentencia sobre el Estatuto de Cataluña que estudiarán los diez magistrados que actualmente deliberan sobre este asunto.
Esta vez la ponencia corre a cargo de la presidenta del Alto Tribunal, María Emilia Casas. Sus predecesores en esta tarea en los últimos meses, la magistrada del sector progresista Elisa Pérez Vera y el magistrado conservador Guillermo Jiménez, vicepresidente del TC, intentaron sin éxito que una mayoría de sus compañeros avalaran sus borradores de sentencia.
La nueva sesión plenaria se celebrará a pesar de estar aún pendientes de resolución los recursos de súplica planteados tanto por el Gobierno como por el Parlamento catalán contra la negativa del tribunal a declararse incompetente para dictar sentencia sobre la norma estatutaria catalana. La razón es que según el artículo 93.2 de la LOTC la tramitación de estos incidentes no tiene carácter suspensivo.
Por este motivo, y porque las elecciones catalanas están a la vuelta de la esquina –se celebran el próximo otoño- así como por el hecho de que la renovación del Constitucional ya se ha puesto en marcha en el Senado, los diez magistrados del intérprete supremo de la Constitución saben que de haber sentencia sobre el Estatuto de Cataluña ésta tiene que producirse ya. No en vano la presidenta del TC, María Emilia Casas, aseguró en sus últimas declaraciones ante un grupo de periodistas que “habrá fallo antes del verano”.
El Plan B de Casas
Con este panorama, las claves del éxito del séptimo borrador pasan por dos elementos: el voto de calidad de la presidenta y el apoyo del magistrado Manuel Aragón.
Según el artículo 90.1 de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional “salvo en los casos para los que esta Ley establece otros requisitos, las decisiones se adoptarán por la mayoría de los miembros del Pleno, Sala o Sección que participen en la deliberación. En caso de empate, decidirá el voto del Presidente”. Es decir, que si hay cinco magistrados a favor y cinco en contra del nuevo borrador, la decisión de Casas es fundamental.
El bloque conservador del TC lo componen el vicepresidente Guillermo Jiménez, Ramón Rodríguez Arribas, Javier Delgado, Jorge Rodríguez Zapata y Vicente Conde mientras que el sector progresista lo integran Manuel Aragón, Elisa Pérez Vera, Eugeni Gay, Pascual Sala y la propia Casas.
De esta forma, el cinco a cinco sólo se vería alterado por la decisión de Aragón o el voto de calidad de Casas. El hecho de que Aragón se haya alineado hasta ahora con los conservadores hace una vez más que su voto sea clave en las nuevas deliberaciones.
Aunque es altamente probable que la ponencia de Casas se acabe sometiendo a votación, la duda es saber cuándo y cómo se llevará a cabo ésta. En principio, las deliberaciones de este jueves serán una primera toma de contacto de los nueve magistrados con el borrador de la presidenta por lo que es difícil que haya un fallo sobre el Estatut en las próximas horas.
Además, de producirse votación, ésta puede llevarse a cabo de dos formas distintas. Si la ponencia de Casas no adquiere un acuerdo mayoritario en su conjunto, la presidenta puede proponer que el fallo sea producto de una votación por artículos o por bloques de artículos. Esta posibilidad o plan B está amparada en al artículo 254 de la Ley Orgánica del Poder Judicial que reza que “la votación, a juicio del presidente, podrá tener lugar separadamente sobre los distintos pronunciamientos de hecho o de derecho que hayan de hacerse, o parte de la decisión que haya de dictarse”.