(Libertad Digital) Fungairiño, que desempeñaba este cargo desde el 30 de mayo de 1997, ha solicitado su incorporación a la Fiscalía del Tribunal Supremo, donde aportará su dilatada experiencia profesional en materia de terrorismo, según la nota. El hasta ahora fiscal jefe de la Audiencia, tribunal en el que ha trabajado durante 26 años, ha comunicado esta decisión a Conde Pumpido, con el que se reunió este miércoles en su despacho de la Fiscalía General, y a su regreso a la Audiencia se reunió con los fiscales oficiales y auxiliares de Fiscalía para informarles de su renuncia. El anuncio de la marcha de Fungairiño ha sido acogido con sorpresa entre los funcionarios y trabajadores de este tribunal, según fuentes de la Audiencia Nacional.
Fungairiño quedará adscrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo mientras que su plaza será convocada tras quedar vacante, explicaron a Efe fuentes fiscales. Para sustituir a Fungairiño, la Inspección Fiscal de la Fiscalía General del Estado deberá comunicar la existencia de esta vacante a todas las Fiscalías para que todos los aspirantes que lo deseen y reúnan los requisitos necesarios puedan solicitar la plaza. A esta plaza pueden optar los fiscales de segunda categoría -que deben tener 15 años de antigüedad-, pues el cargo debe ser ocupado por un fiscal de Sala, máxima categoría de la carrera. Las candidaturas presentadas se llevarán a una reunión del Consejo Fiscal, órgano asesor del fiscal general del Estado, que propondrá una de ellas para el cargo.
"Ustedes interprétenlo como quieran"
Según él mismo reiteró su marcha obedece a "razones estrictamente personales" y contestó con un lacónico "ustedes interprétenlo como quieran" ante la insistencia de los informadores para que precisara los motivos de su sorpresiva renuncia, ya que él mismo reconoció que había tomado la decisión hacía muy poco. Tras asegurar que "en absoluto" se va cansado de la que ha sido su casa durante casi tres décadas, el fiscal dijo que durante ese tiempo "yo sobre todo me he preocupado de cumplir con mi deber" y añadió: "No estoy insatisfecho de mi labor ni muchísimo menos".
Fungairiño destacó el caso del síndrome tóxico como uno de los más importantes que ha llevado -"el más llamativo, el más trágico y el más tremendo", dijo-, aunque recordó que también se ha dedicado a los sumarios relacionados con ETA y con los GRAPO, a la cooperación internacional y a las extradiciones.
El fiscal que no quiso contestar a una pregunta sobre la posibilidad de una tregua de ETA "porque escapa de mis competencias" agradeció a sus compañeros y al personal de su departamento su colaboración. "Mi estancia aquí, sin la presencia de ellos, no habría dado resultado ninguno", concluyó. Destacó su agradecimiento a Enrique Molina, Ignacio Gordillo o el teniente fiscal, Jesús Santos, que a partir de ahora asumirá la jefatura en funciones. "Mi estancia aquí sin la presencia de mis compañeros y todo el personal no habría dado resultado ninguno", dijo.
Hasta que se nombre al sustituto de Fungairiño, el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, ocupará interinamente la jefatura de su fiscalía.
Sumarios antiterroristas
Entre los sumarios antiterroristas en los que ha intervenido destacan el atentado de Hipercor, el asesinato del Comandante Ynestrillas, el atentado frustrado contra el presidente del Tribunal Supremo Antonio Hernández Gil y el que costó la vida a varios guardias civiles en la calle Príncipe de Vergara y en la plaza de la República Dominicana.
En 1990 fue objeto de un atentado, que resultó fallido, cuando ETA le envió un paquete bomba que pudo ser localizado y desactivado antes de que le estallara en las manos. Es conocido además por su actuación como fiscal en el mayor juicio celebrado en la historia judicial española: el sumario por el envenenamiento masivo con aceite de colza desnaturalizado, en el que intervino durante los nueve años que duró su instrucción.
Fungairiño no ha compartido muchas de las decisiones del actual Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido. La última, la inacción de la Fiscalía ante el reiterado incumplimiento de la Ley de Partidos y de la sentencia del Tribunal Supremo sobre Batasuna. El escándalo se acentuó con motivo del último desafío de ETA-Batasuna por la celebración de una asamblea en el BEC de Baracaldo. Pese a la ley, los proetarras celebraron la asamblea, presidida por Arnaldo Otegi que desde un atril, a pocos metros del lugar en el que se prohibió, se dirigió a los asistentes sin que el Estado actuara para impedirlo.