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Eduardo Fungairiño abandona la fiscalía de la Audiencia Nacional "por motivos estrictamente personales"

Tal y como informó Libertad Digital, Eduardo Fungairiño ha renunciado a la jefatura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional. La renuncia es por motivos "estrictamente personales". Preguntado si Conde Pumpido era la razón, Fungairiño dijo que "con los fiscales generales nunca hay discrepancias; por eso son fiscales generales, claro". Lo cierto es que la decisión ha causado sorpresa en el mundo judicial que ha coincidido en señalar su valía. El fiscal quedará adscrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y su puesto en la Audiencia será ocupado interinamente por el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos.

Tal y como informó Libertad Digital, Eduardo Fungairiño ha renunciado a la jefatura de la Fiscalía de la Audiencia Nacional. La renuncia es por motivos "estrictamente personales". Preguntado si Conde Pumpido era la razón, Fungairiño dijo que "con los fiscales generales nunca hay discrepancias; por eso son fiscales generales, claro". Lo cierto es que la decisión ha causado sorpresa en el mundo judicial que ha coincidido en señalar su valía. El fiscal quedará adscrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y su puesto en la Audiencia será ocupado interinamente por el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos.

(Libertad Digital) Fungairiño, que desempeñaba este cargo desde el 30 de mayo de 1997, ha solicitado su incorporación a la Fiscalía del Tribunal Supremo, donde aportará su dilatada experiencia profesional en materia de terrorismo, según la nota. El hasta ahora fiscal jefe de la Audiencia, tribunal en el que ha trabajado durante 26 años, ha comunicado esta decisión a Conde Pumpido, con el que se reunió este miércoles en su despacho de la Fiscalía General, y a su regreso a la Audiencia se reunió con los fiscales oficiales y auxiliares de Fiscalía para informarles de su renuncia. El anuncio de la marcha de Fungairiño ha sido acogido con sorpresa entre los funcionarios y trabajadores de este tribunal, según fuentes de la Audiencia Nacional.

Fungairiño quedará adscrito a la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo mientras que su plaza será convocada tras quedar vacante, explicaron a Efe fuentes fiscales. Para sustituir a Fungairiño, la Inspección Fiscal de la Fiscalía General del Estado deberá comunicar la existencia de esta vacante a todas las Fiscalías para que todos los aspirantes que lo deseen y reúnan los requisitos necesarios puedan solicitar la plaza. A esta plaza pueden optar los fiscales de segunda categoría -que deben tener 15 años de antigüedad-, pues el cargo debe ser ocupado por un fiscal de Sala, máxima categoría de la carrera. Las candidaturas presentadas se llevarán a una reunión del Consejo Fiscal, órgano asesor del fiscal general del Estado, que propondrá una de ellas para el cargo.

"Ustedes interprétenlo como quieran"

El fiscal señaló a los periodistas que se va "satisfecho" de la labor desempeñada durante los últimos 26 años y negó haber mantenido discrepancias con el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido. "Nunca, con los fiscales generales nunca hay discrepancias. Por eso son fiscales generales, claro", manifestó Fungairiño en unas breves declaraciones a los periodistas acreditados en este tribunal realizadas a los pocos minutos de que se conociera la noticia.

Según él mismo reiteró su marcha obedece a "razones estrictamente personales" y contestó con un lacónico "ustedes interprétenlo como quieran" ante la insistencia de los informadores para que precisara los motivos de su sorpresiva renuncia, ya que él mismo reconoció que había tomado la decisión hacía muy poco. Tras asegurar que "en absoluto" se va cansado de la que ha sido su casa durante casi tres décadas, el fiscal dijo que durante ese tiempo "yo sobre todo me he preocupado de cumplir con mi deber" y añadió: "No estoy insatisfecho de mi labor ni muchísimo menos".

Fungairiño destacó el caso del síndrome tóxico como uno de los más importantes que ha llevado -"el más llamativo, el más trágico y el más tremendo", dijo-, aunque recordó que también se ha dedicado a los sumarios relacionados con ETA y con los GRAPO, a la cooperación internacional y a las extradiciones.

El fiscal que no quiso contestar a una pregunta sobre la posibilidad de una tregua de ETA "porque escapa de mis competencias" agradeció a sus compañeros y al personal de su departamento su colaboración. "Mi estancia aquí, sin la presencia de ellos, no habría dado resultado ninguno", concluyó. Destacó su agradecimiento a Enrique Molina, Ignacio Gordillo o el teniente fiscal, Jesús Santos, que a partir de ahora asumirá la jefatura en funciones. "Mi estancia aquí sin la presencia de mis compañeros y todo el personal no habría dado resultado ninguno", dijo.

Hasta que se nombre al sustituto de Fungairiño, el teniente fiscal de la Audiencia Nacional, Jesús Santos, ocupará interinamente la jefatura de su fiscalía.

Sumarios antiterroristas

Entre los sumarios antiterroristas en los que ha intervenido destacan el atentado de Hipercor, el asesinato del Comandante Ynestrillas, el atentado frustrado contra el presidente del Tribunal Supremo Antonio Hernández Gil y el que costó la vida a varios guardias civiles en la calle Príncipe de Vergara y en la plaza de la República Dominicana.

En 1990 fue objeto de un atentado, que resultó fallido, cuando ETA le envió un paquete bomba que pudo ser localizado y desactivado antes de que le estallara en las manos. Es conocido además por su actuación como fiscal en el mayor juicio celebrado en la historia judicial española: el sumario por el envenenamiento masivo con aceite de colza desnaturalizado, en el que intervino durante los nueve años que duró su instrucción.

Fungairiño no ha compartido muchas de las decisiones del actual Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido. La última, la inacción de la Fiscalía ante el reiterado incumplimiento de la Ley de Partidos y de la sentencia del Tribunal Supremo sobre Batasuna. El escándalo se acentuó con motivo del último desafío de ETA-Batasuna por la celebración de una asamblea en el BEC de Baracaldo. Pese a la ley, los proetarras celebraron la asamblea, presidida por Arnaldo Otegi que desde un atril, a pocos metros del lugar en el que se prohibió, se dirigió a los asistentes sin que el Estado actuara para impedirlo.

En la comisión parlamentaria del 11-M y para no revelar secretos de sumario, el fiscal contestó con evasivas a los diputados. Pese a que él mismo pidió disculpas a los comisionados por si algunas de sus declaraciones resultaron ofensivas –no lee los periódicos y en la televisión sólo atiende a los documentales de la BBC– Conde Pumpido no dudó en “investigar” su comportamiento.
 
Su relación con Garzón tampoco ha estado exenta de polémica. El juez en excedencia de la Audiencia Nacional se ha caracterizado por tomar posturas políticos sobre asuntos judiciales en curso. Pese a instruir la causa por la trama del 11-S en España, Garzón ha escrito artículos de prensa criticando a Bus o al entonces presidente del Gobierno de España, José María Aznar. No dudó en abandonar su despacho estando de guardia para capitanear un acto contra la guerra de Irak que se celebró en la Puerta de Alcalá. Terminó coreando con su hija el consabido No a la guerra. Pero el motivo de la más reciente disputa fue por su libro Un mundo sin miedo en el que, según el fiscal, el juez desvelaba datos de sumarios. Eduardo Fungairiño cursó, con copia al Fiscal General del Estado, un escrito de denuncia. Otro de sus enfrentamientos con Garzón ha sido con motivo de las competencias de la Audiencia Nacional para juzgar crímenes de dictaduras extranjeras.
 
Fungairiño, que nació en Santander el 30 de mayo de 1946, ingresó en la Escuela Judicial en noviembre de 1972 y un año después comenzó a ejercer como fiscal en la Audiencia Provincial de Barcelona. Permaneció allí hasta el 14 de febrero de 1980, fecha en la que fue nombrado fiscal en la Audiencia Nacional y el 1 de junio de 1988 tomó posesión del cargo de teniente fiscal en esta instancia judicial.

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