(Libertad Digital) El último incidente, según adelantaba la COPE, se ha registrado durante el receso que ha concendido el presidente del tribunal, Javier Gómez Bermúdez, en la sesión matutina de la tercera jornada del juicio. Según la emisora, dos miembros de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo se han acercado a otra víctima, una mujer marroquí madre de una niña de 13 años asesinada en los trenes, para lanzarle reproches. El jueves se vivió otro episodio similar. La increpada es Jamila ben Salah, que pertenece a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, presidida por Ángeles Domínguez. Perdió a su hija Sanae, que el 11-M iba en uno de los trenes que estallaron. Se dirigía desde Alcalá a su colegio en Madrid.
En julio de 2005, el padrastro de la menor, Abdenneri Essenar, fue detenido por su supuesta implicación en la masacre. El juez Del Olmo le imputó al considerar que había ayudado a uno de los acusados, Mohamed Labbi Ben Sellam. Sin embargo, al final decidió no procesarle por la masacre. Este lunes, los miembros de la asociación que preside Manjón le han reprochado a la mujer de Essenar su presencia en el juicio cuando su marido había sido detenido. Alguna otra víctima que ha presenciado los reproches les ha tenido que recordar a estas personas que Jamila también es víctima del terrorismo y que, como ellos, tiene el mismo derecho a asistir a las sesiones. Una testigo ha relatado a Libertad Digital que estas personas "le estaban empujando y le preguntaban qué hace ahí, de mala forma". Según su testimonio, este incidente ha sido puesto en conocimiento del presidente del tribunal y "Gómez Bermúdez se ha acercado y ha estado hablando con ella".
Las diferencias a la hora de afrontar el juicio entre el colectivo que preside Pilar Manjón y las otras dos asociaciones mayoritarias, la AVT y la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M son evidentes. Mientras que la de Manjón no encuentra "puntos oscuros" en el sumario, los otros dos colectivos coinciden en que hay que explorar todas las líneas de investigación y aclarar los interrogantes que no ha conseguido despejar la instrucción.
El pasado viernes, Manjón reclamó a las otras asociaciones de víctimas sobre las que presume que "no hay relación, ni buena ni mala", que cedieran a la suya las acreditaciones para asistir al juicio. Según explicó, ella sólo dispone de 40 acreditaciones y tiene una lista de espera de asociados que sí están interesados en acudir diariamente al juicio. Decía esto después de que en la jornada inicial la sala anexa a la que acoge la vista oral, que se ha acondicionado para las víctimas en el pabellón de la Audiencia Nacional en la Casa de Campo, permaneciera parcialmente vacía.