L D (EFE) En su sentencia, la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional condena también a "Santi Potros" a indemnizar con 180.303 euros al propietario del concesionario que resultó gravemente dañado en el atentado, así como a las cuatro personas heridas y a los propietarios de los 156 vehículos e inmuebles que también resultaron afectados por la explosión con una cantidad que supera los 35.000 euros.
Según el relato de hechos probados, en 1986, Arrospide Sarasola dirigía en Francia los comandos operativos de ETA y era el encargado de "proveer a los mismos de los medios e infraestructuras necesarias para que realizaran las acciones que previamente él mismo les marcaba". Así, en ese año, encomendó a los miembros del "comando Barcelona" que atentaran contra intereses económicos franceses en la Ciudad Condal y "a tal fin les proveía de automóviles y explosivos, que les hacía llegar por medio de terceras personas también integradas en la organización".
"Con este objetivo -prosigue la sentencia-, los integrantes del comando Barcelona deciden volar con explosivos la sucursal que la empresa Citröen tenía en la calle de Badal de Barcelona, lugar rodeado de numerosos bloques de viviendas y de tránsito continúo peatonal".
Para acreditar la participación de "Santi Potros", condenado por estos hechos como autor por inducción y cooperación necesaria de un delito de estragos y cuatro de lesiones, ha sido fundamental la declaración policial y judicial que prestó la integrante del "comando Barcelona" Josefa Mercedes Ernaga, quien indicó que el ex dirigente etarra era el responsable directo de su grupo.
Según el relato de hechos probados, en 1986, Arrospide Sarasola dirigía en Francia los comandos operativos de ETA y era el encargado de "proveer a los mismos de los medios e infraestructuras necesarias para que realizaran las acciones que previamente él mismo les marcaba". Así, en ese año, encomendó a los miembros del "comando Barcelona" que atentaran contra intereses económicos franceses en la Ciudad Condal y "a tal fin les proveía de automóviles y explosivos, que les hacía llegar por medio de terceras personas también integradas en la organización".
"Con este objetivo -prosigue la sentencia-, los integrantes del comando Barcelona deciden volar con explosivos la sucursal que la empresa Citröen tenía en la calle de Badal de Barcelona, lugar rodeado de numerosos bloques de viviendas y de tránsito continúo peatonal".
Para acreditar la participación de "Santi Potros", condenado por estos hechos como autor por inducción y cooperación necesaria de un delito de estragos y cuatro de lesiones, ha sido fundamental la declaración policial y judicial que prestó la integrante del "comando Barcelona" Josefa Mercedes Ernaga, quien indicó que el ex dirigente etarra era el responsable directo de su grupo.