Señorías,
Mi Grupo solicita estas comparecencias para que el Gobierno, a través de su Presidente y del Ministro del Interior, informe de aspectos de enorme trascendencia y de los que no se manifiesta o lo hace con pretendida ambigüedad.
De confirmarse las últimas informaciones conocidas, el mal llamado "proceso de paz", sería efectivamente un "proceso" porque se remonta a mucho tiempo atrás. Otra cosa es que sea de "paz", porque ni los españoles estábamos en guerra ni aquí, hasta la fecha, se habla de otra cosa que no sea de política.
Creemos que es necesario y urgente que el Gobierno ofrezca las oportunas explicaciones sobre hechos y noticias conocidas que necesariamente acortan los plazos de información que se había marcado el propio Gobierno.
Como Ustedes saben en el comunicado del Presidente del Gobierno del pasado 29 de junio, se trasladó que hasta finales de septiembre no se nos proporcionaría nueva información sobre el proceso, presuntamente recién abierto entonces.
Desde ese día:
- Se ha consumado una reunión formal del PSE con la organización ilegal Batasuna para hablar de política
- Hemos tenido conocimiento de incidencias judiciales en la lucha antiterrorista que acrecientan la inquietud de todos aquellos que poseen un mínimo sentido común democrático.
- Se han publicado documentos internos de la banda terrorista que desmienten todo lo que el Gobierno viene contando a los ciudadanos acerca de la realidad y alcance de sus contactos, encuentros, acuerdos y compromisos con la banda terrorista ETA, sin que el Gobierno los haya desmentido formalmente y con la debida contundencia.
Ya sean hechos probados y constatados, ya sean informaciones verificables todos tienen el mismo denominador común: no han sido desmentidos formal y solemnemente por quien tiene que hacerlo. Queremos darle al Gobierno la oportunidad de explicarse con toda claridad, punto por punto. Queremos darle la oportunidad de no convertir las alarmas en sospechas por un silencio que sería inexplicable para los españoles.
Señorías,
Hoy seguimos sin saber la verdad de muchas cosas, pero las pocas que sabemos multiplican nuestra inquietud por las que todavía no sabemos. Permítanme recordarles, (siquiera mentalmente), dos imágenes separadas por algo más de un año. Una lleva fecha del 25 de mayo de 2005. Aquel día, la Audiencia Nacional había ordenado el ingreso en prisión de Arnaldo Otegui por un presunto delito de integración en la banda terrorista ETA.
Al día siguiente, el ministro de Justicia, (López Aguilar), aplaudió la encarcelación del dirigente de la ilegalizada Batasuna como, y cito textualmente, “un paso más en la determinación de todas las instituciones para acabar con ETA”
Algo más de un año después,( el 6 de julio de 2006), la imagen cambiaba radicalmente. El mismo Otegui se sienta en una mesa delante del secretario general del partido socialista en el País Vasco. Para hablar, señorías, de política, ¡¡nada menos!!
Entre una y otra fotografía pasan muchas cosas. Una de ellas ocurre al mes siguiente de que se decretara la prisión de Otegui, a la que me he referido. Hoy lo sabemos por muchas fuentes, pero lo ha recordado recientemente un medio proetarra: en junio de 2005, el Gobierno mantiene contactos con ETA. ¿Los primeros? No lo sé. Se asegura que no. Pero en cualquier caso en junio del 2005 parece acreditado que sí.
Aunque el Gobierno lo oculta y lo niega, pero no de forma contundente ni en la forma que debería hacerlo si efectivamente quisiera. No es mucho pedir un desmentido a la altura de la gravedad de los hechos en cuestión. No quiero dejar pasar la ocasión de reiterar la profunda traición que supondría para el Partido Popular, y para el conjunto de la sociedad española, el que el Partido socialista haya estado manteniendo contactos desde hace años al tiempo que reafirmaban su apoyo al Pacto Antiterrorista. ¡Tampoco aquí, señorías, una explicación contundente y debidamente autorizada, vendría mal!.
Mientras tanto estaremos legitimados a pensar que Ustedes han sido capaces de rebajar el Pacto Antiterrorista, (la esencia de los valores democráticos contra el terrorismo que más españoles comparten), a la altura de mera estrategia de partido.
Una estrategia temporal que han utilizado mientras les ha servido como coartada para guardar las formas mientras, por la puerta de atrás, sus interlocutores, (los de ahora, los terroristas), dicen que ya hablaban, negociaban y adquirían compromisos con ellos.
¿Quién sabe desde cuándo? Hoy mismo, hay un comunicado de Otegui en el que dice: “llevamos reuniéndonos con gente del Partido Socialista cinco años, siendo ilegales”. Si ustedes creen que no hace falta ningún tipo de desmentido, creo sinceramente que se equivocan. ¿Quién sabe si antes de las elecciones de marzo de 2004? ¿Quién sabe con qué información y quién sabe con qué cartas encima de la mesa?
Señorías, ¿no se dan cuenta de que la gravedad de estas cuestiones merecen una respuesta inmediata, clara y contundente?.
El día 10 de febrero, Zapatero se presentó ante los medios para decirles que tenía la convicción de que podía empezar el “principio del fin” de la banda terrorista ETA. Esta convicción partía, según él, de “hechos objetivos” y de “la información que el Gobierno dispone”.
Los españoles tenemos derecho a esperar un desmentido del propio Gobierno, sobre si aquellos “hechos objetivos” y aquella “información” de los que hablaba el Presidente eran el acuerdo que se habría alcanzado ese mismo mes de febrero con ETA para el alto el fuego. Y si estos eran los mismos Los “compromisos de alto el fuego” que ETA reclamaba del Gobierno en su último comunicado.
Porque hoy la opinión pública ha conocido, según sus interlocutores, con los que se sientan a dialogar ahora ustedes, que habría existido este acuerdo previo entre el Gobierno y los terroristas. Y que el Presidente del Gobierno lo tendría poco menos que en el bolsillo cuando hizo aquella inesperada comparecencia.
Por ello les exigimos, ya sin más dilación, la verdad. Le exigimos que diga a los españoles si:
a) si han existido o no, los contactos en las fechas referidas
b) si ha tenido otros contactos anteriores
c) si existen acuerdos o compromisos adquiridos como algunos relatan con detalle y nos cuentan a diario.
Por eso estamos aquí, para saber eso y porque los españoles tienen derecho a saber si existe el acuerdo para el alto el fuego, y si de existir, incluyó ya compromisos políticos. Tienen derecho a saber si pueden estar pagando un precio por una paz diseñada por los terroristas. Tienen derecho a saber si no se han invertido los términos que dijo el propio Presidente del Gobierno “primero la paz y luego la política”. Tienen derecho a saber si no se está hablando de política para obtener la paz. Y es que, señorías, hay muchos datos que apuntan en esa dirección.
En su anuncio del comienzo de las negociaciones con ETA, Zapatero utilizó la misma fórmula que la banda para referirse al derecho de autodeterminación: respeto a la libre decisión de los vascos. Horas después, en la India, dijo que no había querido referirse al derecho de autodeterminación. Pero recuerden qué le aplaudió la “valentía” el mundo etarra de forma inmediata. Recuerden que tras el comunicado del Presidente del Gobierno los etarras se sentían vencedores y las víctimas vencidas.
Asimismo, el pasado 6 de junio, con la entrevista entre Patxi López y Otegui, se dio lo que parece ser el primer paso para blanquear a la ilegalizada Batasuna. A pesar de que el jefe de los socialistas vascos dijo que no habría otra reunión, Batasuna ya se ha encargado de explicar que habrá las mismas reuniones secretas que hasta ahora. Y lo dice porque ya las ha habido y porque por desgracia cada vez da más la sensación de que son ellos los que deciden cuándo y dónde reunirse. La autorización de la entrevista con Batasuna invirtió claramente los tiempos de la “paz” y la “política”.
Si esa primera reunión tiene continuidad será imposible negar que este proceso, con el Presidente del Gobierno a la cabeza, no es más que una negociación política para la paz.
También aumenta la sospecha, y no sólo por la acostumbrada indiscreción de ETA, de que a cambio del alto el fuego, el Gobierno prefiere una política de apaciguamiento en la persecución de los terroristas y de sus cómplices.
Desde junio de 2005 no se había producido ni una sola detención en suelo español que no haya sido ordenada por la autoridad judicial (salvo las dos, recordarán sus señorías, relacionadas con los bonos de ETA). Un año sin detenciones es un hecho o será pura coincidencia, pero extraña sobremanera en un Estado de Derecho que se ha distinguido por su alta eficacia en la detención de comandos y colaboradores de ETA.
Una coincidencia, a la luz de las informaciones conocidas, inquietante e inadmisible, que es urgente desmentir, incluso sobre todas las demás por lo de rendición del Estado de Derecho que conlleva.
Eso se desprende también de la política de las “nuevas circunstancias” instada por el Fiscal General del Estado en el terreno judicial, que podrían tener consecuencias, tanto más alarmantes, en el ámbito de la actuación policial. Su expresión más inquietante es la constatación, en un sumario judicial, de que dos policías alertaron a un presunto etarra de que iba a ser detenido en la operación contra la red de extorsión de la banda.
Por dignidad democrática, reclamamos una explicación sobre un hecho del que no existen precedentes. También por el buen nombre de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Y sin duda por la memoria de los servidores del Estado de Derecho que cayeron en la lucha contra el terrorismo. La mejor muestra de respeto y agradecimiento a la labor abnegada de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado es esclarecer los hechos cuanto antes y tomar las medidas oportunas.
Señorías,
Qué puede pensar un español cuando se acredita en un sumario judicial que dos policías alertaron a un presunto etarra de su próxima detención en una operación contra la banda terrorista. Esto es de una gravedad inigualable, una mancha de traición y sospecha sobre el trabajo y el sacrificio ejemplares de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en su lucha contra el terrorismo.
Qué puede pensar un español cuando un juez de la Audiencia Nacional rechaza como interlocutor policial al Comisario general de la Información, Telesforo Rubio, por no informarle de estas filtraciones policiales a ETA. El apartamiento judicial de un cargo de la íntima confianza del Gobierno, y también del Ministro actual, porque no le ha relevado a su llegada, es de una excepcionalidad mayor y justificaría por sí solo la comparecencia urgente del Ministro, y más aún si tenemos en cuenta que estamos hablando del máximo responsable policial en la lucha antiterrorista. ¡Cómo todo esto no tiene una respuesta inmediata del Gobierno!
Cada vez son más los ciudadanos que piensan que el Estado de derecho se está recortando para hacer un traje a medida de los terroristas. Un traje bajo el que se pretende disfrazar a la banda terrorista como interlocutora política. Bajo el que se presenta a líderes de la terrorista Batasuna como “hombres de paz”, (como ha ilustrado el propio Presidente del Gobierno).
Y todo ello sin que ETA / Batasuna dé la menor muestra de querer encajar en ese traje. No ha entregado las armas. No ha renunciado a sus objetivos. No ha condenado su propia violencia. No ha pedido perdón a las víctimas. Y no ha descartado volver a matar si no se le da lo que pide. Y entre tanto, nuestro Estado de Derecho da la impresión de ir menguando, y nuestra democracia está más expuesta que nunca.
Señorías,
El oscurantismo que rodean al proceso político en el que se ha embarcado el Gobierno han agotado el crédito de confianza que pedía y que se le dio. El Gobierno haría bien en informar con transparencia y puntualmente de las decisiones que se vayan a tomar para que la sociedad española no tenga que enterarse de posibles decisiones y calendarios, como está ocurriendo ahora, a través de los medios de comunicación.
Es el momento de dar explicaciones y por eso pedimos que se habilite un pleno extraordinario y una sesión extraordinaria de la Comisión de Interior. Porque la dignidad democrática de los españoles no se puede ir de vacaciones.
Señorías de la bancada socialista, desde nuestro punto de vista, y a mi juicio, ustedes están cometiendo una gravísima equivocación. Ustedes dan la sensación de haber soltado amarras de la posición conjunta que manteníamos en la defensa del Estado de Derecho contra el chantaje terrorista. Les puedo asegurar que los españoles esperan otra cosa de ustedes.
Ustedes han decidido ir solos. Nosotros no les hemos dado justificación para dar este paso en solitario. Pero no conviertan este asunto en otra pelea de buenos y malos.
No se sigan embarcando en una política de “adecentamiento de los terroristas” y de criminalización de los que les exigimos explicaciones, porque es el mayor error que pueden cometer.
Nosotros hemos sido y seguimos siendo coherentes y leales a los principios de un pacto que el propio Presidente del Gobierno nos propuso en su día. ¡El Pacto Antiterrorista!
¿Quiénes son los que tienen que explicarse? ¿Los que mantenemos la misma postura que acordamos o los que, como ustedes, han abandonado las posiciones de la lucha democrática contra el terror que pactamos en su día? ¿Los que quieren que les acompañemos en un camino que no se sabe a dónde conduce, o los que tenemos una posición clara y entendible?
Nosotros, señorías, somos los de siempre. Los que hace 9 años nos manifestábamos con ustedes para tratar de impedir, sin éxito y por desgracia, el asesinato de Miguel ángel Blanco, del que hoy se cumple el noveno aniversario de su muerte. Son Ustedes los que tienen que explicar con claridad y transparencia: qué han hecho, qué hacen y hasta dónde están dispuestos a llegar. Formalmente y sin ambigüedades.
Mientras no lo hagan, cualquier ciudadano será libre de interpretar que su falta claridad sólo se justifica porque es mucho más grave lo que están ocultando que lo que ya vamos sabiendo.
Muchas Gracias