Del Olmo archivó una denuncia contra Hernando aunque tenía probado que mintió en la comisión del 11-M

(Libertad Digital) La denuncia del confidente marroquí Rafa Zouhier contra el coronel Hernando y varios miembros de la UCO fue presentada en agosto de 2005 en un Juzgado de Instrucción de Madrid. Explica El Mundo que este tribunal se inhibió y el caso pasó a manos del titular del Juzgado Central de Instrucción número 6. Su titular es Juan del Olmo. Más de un año después, el instructor del 11-M decidió archivar la denuncia. Sostenía que "los extremos reflejados por el denunciante no constituyen datos, o indicios, en los que sustentar ninguna imputación motivadora de una actuación de instrucción judicial, especialmente cuando prolijamente han sido investigados dichos comportamientos, no sólo en la Comisión de Investigación". Y concluía que se trataba de "valoraciones particulares del denunciante".

 

La defensa de Zouhier, el abogado Antonio Alberca, recurrió este archivo en diciembre de 2006. Y apunta el diario que, "de forma sorprendente", ese recurso fue resuelto por el propio juez Del Olmo, que apuntaba que no se podía personar este letrado. Oficialmente todavía no se lo ha notificado por lo que Alberca no puede recurrir este auto. Concluye el periódico que dirige Pedro J. Ramírez que "en estos momentos están paralizadas todas las acciones legales que Zouhier pueda llevar a cabo contra el coronel Hernando".

 

Zouhier recogía en su denuncia contra el jefe de la Unidad Central Operativa todas las declaraciones de Hernando en la comisión del 11-M y "demostraba que el coronel secuestró información a los diputados". En poder de Del Olmo también había dos pruebas sobre este extremo. Pese a esto, Del Olmo decidió archivar la denuncia.

 

La primera de esas pruebas era el informe de la UCO con fecha de 6 de marzo de 2003 que constataba que la UCO seguía controlando a Suárez Trashorras y Antonio Toro por toda España. Un documento que Hernando ocultó a la comisión del 11-M. La segunda prueba era una declaración del jefe segundo de la Comandancia de Oviedo, el comandante Jambrina, que mantenía que un subordinado de Hernando, el alférez Trigos, le había llamado para pedirle que destruyera ese mismo informe que probaba que el jefe de la UCO había mentido en el Congreso.