Cospedal llama al orden pero rechaza sanciones en la crisis de Asturias

María Dolores de Cospedal no disimula su malestar ante el rumbo que está tomando el PP de Asturias, cuya falta de candidato a las elecciones regionales ha provocado una auténtica crisis interna que en las últimas semanas ha derivado en insultos y descalificaciones.

Tanto es así que la dirección nacional se ha visto en la obligación de dar un toque de atención a ambas partes, si bien el enconamiento es tal que, a ojos de las fuentes consultadas, “Génova ha perdido el poder que se le presupone”.

Abordada sobre este asunto en la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección de los lunes, la secretaria general reclamó “tranquilidad” de puertas para adentro y aseguró rotunda que, al final, “la designación” acabará “teniendo solución”. En este punto, la vicesecretaria de Organización, Ana Mato, recalcó recientemente a Libertad Digital que no habrá veredicto antes del mes de diciembre.

Cospedal, que reconoció “cruce de declaraciones” que no benefician al PP, rehusó no obstante que el Comité de Derechos y Garantías actúe a pesar de que el alcalde de Oviedo, Gabino de Lorenzo, acusó recientemente a Francisco Álvarez Cascos de actuaciones que se asemejan a la “kale borroka”.

“Lo más importante es mantener la tranquilidad y hablar de cuál es el programa del partido en Asturias” y no “de una u otra persona. El proyecto es mucho más amplio que una persona o personas”, zanjó la número dos del PP, en calidad de portavoz de Mariano Rajoy.

La respuesta de las partes afectadas

La llamada al orden de Génova ha sido tomada de forma desigual por las partes afectadas. Fuentes de la dirección del PP asturiano -crítica con el ex ministro de Fomento- aseguran que no se dan por aludidas y que son ellos “y no otros quienes tienen que designar” a quien concurra a las elecciones de 2011.

Cascos, por su parte, se limita a ofrecerse como “alternativa” ante la grave situación que atraviesa el Principado en todos los sentidos. Eso sí, la semana pasada recordó que “en la historia del PP no ha precedente de insultos, descalificaciones y menosprecios sin sanción”.