El objetivo del congreso es, especialmente, terminar con la bicefalia producida por la "fuga" de Manuel Chaves a Madrid y la entronización de José Antonio Griñán en la Junta de Andalucía sin controlar, al mismo tiempo, la maquinaria del PSOE andaluz.
Es decir, el congreso quiere convertir a Griñán en jefe único del socialismo andaluz y terminar con el mandarinato de Chaves. Sin embargo, el ex presidente de la Junta y ahora vicepresidente tercero del gobierno ha advertido a Griñán diciendo que "no se jubilará nunca". Claro que se refiere a su actividad en el partido, no que piense renunciar a la gran pensión que cobrará como ex presidente de la Junta.
Es sabido que Chaves puede cobrar la indemnización que le corresponde como ex presidente de la Junta y que equivale al 60% de su sueldo. En total, unos 46.000 euros al año que puede compatibilizar con su nuevo sueldo de vicepresidente de Asuntos Territoriales.
Pero estos 46.000 euros son el resultante de una reducción sustancial que tuvo que practicarse en la primitiva propuesta de pensión anual de 117.000 euros al año. Como le recordó Teófila Martínez, alcaldesa de Cádiz, en un debate parlamentario: "El nuevo acuerdo de los firmantes para que la pensión a los ex presidentes pase de los 117.000 euros a los 42.000 ha sido fruto de que el presidente de la Junta "se ha sentido acorralado", por el rechazo de los andaluces, porque el PP había denunciado la "corte política con privilegios económicos".
Pero lo de no jubilarse parece que va por otro lado, no porque vaya a renunciar a la pensión que le corresponde como ex presidente y que dijó él mismo.
"De la política no voy a jubilarme nunca" y "siempre está a disposición de mi partido", son frases que pronunció ayer y que pueden interpretarse de muchas maneras. Aunque formalmente admitió el nuevo liderazgo de su "amigo" Pepe Griñán y profetizó que el congreso iba a ser tranquilo, sin tensiones y que al igual que apoyó a Griñán como presidente de la Junta, le apoyará a ahora como nuevo secretario general del PSOE andaluz.
Lo que nadie logra explicarse en Andalucía como si en septiembre de 2009, para Griñán, la convocatoria de un congreso extraordinario era una locura ahora se han vuelto un evento absolutamente necesario e innegociable. Por ello, es legítima la pregunta que el PP la hace a Griñán: ¿Qué ha cambiado desde septiembre del año pasado como para hacer urgente y necesario lo que antes parecía ser una locura?