L D (J. Arias Borque) El viernes 26 de diciembre, con medio país anestesiado por la celebración de la Navidad, el Boletín Oficial del Estado publicó la orden de Defensa 3771/2008 de 10 de diciembre. En ella, se modificaba la estructura orgánica y el despliegue de la Fuerza del Ejército de Tierra que estaba en vigor, y con ello, se disolvía de facto la Brigada San Marcial V, la unidad del Ejército desplegada en la comunidad vasca.
Hasta la fecha, el despliegue de las Fuerzas Armadas venía marcada por el Real Decreto 416/2006, de 11 de abril, que en su apartado relativo a las Fuerzas Ligeras, situaba una Brigada de Infantería Ligera en la base militar de Araca, situada a las afueras de Vitoria (Álava). Exactamente, situaba en este complejo de Defensa el Cuartel General, el Batallón del Cuartel General, el Batallón de Infantería de Carros, el Grupo de Artillería de Campaña, el Batallón de Zapadores, el Grupo Logístico y la Compañía de Trasmisiones. Además, dependiente de la base de Araca, quedaba destacado el Regimiento de Infantería Ligera, cuyas sedes son el acuartelamiento de Soyeche, en Munguía (Vizcaya), y el acuartelamiento de Loyola, en San Sebastián (Guipúzcoa).
Sin embargo, tras la nueva orden aprobada el pasado mes de diciembre, tan sólo quedarán en la base alavesa el Cuartel General y el Regimiento de Infantería; y el Regimiento de Infantería Ligera desplegado en Munguía y San Sebastián. Estas unidades mantendrán el nombre de Regimiento, pero sin la estructura que tenían hasta ahora. Es decir, desaparecen de la comunidad vasca el Batallón de Cuartel General, el Batallón de Carros de combate, el Grupo de Artillería de Campaña, el Batallón de Zapadores, el Grupo Logístico y la Compañía de Transmisiones.
En términos cuantitativos, esta modificación supondrá la reducción de casi la mitad de las tropas del Ejército de Tierra acuarteladas en la comunidad vasca, un cuarenta y cinco por ciento. Aproximadamente, serán, entre mandos y tropa, unos seiscientos militares los que cambiarán de destino.
Los terrenos de Araca, objeto de deseo del PNV
La desaparición de los acuartelamientos de las Fuerzas Armadas en la comunidad vasca ha sido una reivindicación histórica de la partidos nacionalistas, con el PNV a la cabeza. De hecho, en las últimas elecciones municipales de 2007, los candidatos del partido de Iñigo Urkullu y Juan José Ibarretxe prometieron a su electorado la desaparición del Ejército de la comunidad vasca y, como proyecto estrella de los cuatro años políticos que se iniciaban, la conversión de la base militar de Araca en un parque tecnológico dedicado al automóvil.
El proyecto del PNV incluye la construcción de un pequeño circuito de velocidad, para sacar de las calles las carreras ilegales que durante los viernes de los últimos años se han celebrado en los polígonos industriales de Jundiz, en Vitoria, y de Los Llanos, en Nanclares de Oca, y que según crónicas de los diarios locales han llegado a reunir hasta a tres mil personas espectadores.
Pocos días antes de la campaña electoral de la elecciones generales de 2008, Emilio Olabarría, por entonces candidato por Álava, y actualmente diputado del PNV en el Congreso, insinuó en una emisora de radio que el acuerdo con el ministerio de Defensa estaba ya casi hecho. Según dijo, el por entonces responsable en funciones de esa cartera y actual portavoz del PSOE en la Carrera de San Jerónimo, José Antonio Alonso, le había asegurado que lo único que pretendían de Araca era mantener la "simbología, la bandera y un pequeño número de militares".
Sin embargo, tanto José Antonio Alonso, cuando era titular de Defensa, como el delegado del Gobierno en la comunidad, Mikel Cabieces, han negado en más de una ocasión que se fuesen a ceder totalmente o, en parte, los terrenos de Araca para construir el macro-proyecto automovilístico. El ex ministro fue contundente tres meses antes de las elecciones municipales de 2007: "No hay prevista ninguna enajenación ni ninguna variación en el estatus de la base".