LD (EFE) El presidente en funciones de la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, ha vuelto a justificar su asistencia al funeral del ex sacerdote Lluís María Xirinacs. Carod ha recordado en TV3 que compartió cárcel con Xirinacs, por lo que a su juicio "era un gesto de justicia" acudir a su funeral. Carod ha añadido que, durante el funeral, no se situó en primera fila a pesar de su cargo, y ha añadido: "No creo que tenga que dar explicaciones a nadie por ir a un funeral de una persona que era respetada y querida en Cataluña". El propio Xirinacs sí que mostró respeto y amistad por la banda ETA.
El amigo de la ETA es, según los criterios del presidente de la Generalidad en funciones, un ejemplo de lucha por la paz: "Si alguna cosa caracteriza a Xirinacs es que luchó siempre por la paz por métodos pacifistas", ha comentado Carod, que ha precisado que pese asistir a su funeral "no compartía muchas de las cosas que decía". Carod se ha mostrado "conmovido" por el suicidio del ex sacerdote.
Xirinachs dejó escrito un manuscrito en su despacho de la Fundación Randa, según informó un portavoz de la entidad, quien aseguró que "se dejó morir porque ya estaba muy débil". En el bolsillo llevaba también una nota en la que decía: "En pleno uso de mis facultades marcho porque quiero acabar mis días en la soledad y el silencio", y añadía: "Si me queréis hacer feliz no me busquéis. Si alguien me encuentra le ruego que, esté yo como esté, no quiera él perturbar mi soledad y mi silencio".