(Libertad Digital) Horst Koehler, actual director general del Fondo Monetario Internacional, ha anunciado que renuncia a este cargo para presentarse como candidato de la coalición conservadora-liberal a la Presidencia federal de Alemania.
Para ocupar este puesto, la tradición marca que el sucesor sea europeo. En el Reino Unido apuntan a Gordon Brown, candidato también a suceder a Tony Blair. En nuestro país, las especulaciones apuntan a un hombre: Rodrigo Rato. Preguntado por esta cuestión, el vicepresidente primero dijo que "es imposible contestar a esa cuestión y no tengo nada que comentar". Hasta ahora, ha reiterado que está a disposición de lo que designe el líder de su partido, Mariano Rajoy, que, al contrario que el socialista Rodríguez Zapatero, no hará público el nombre de sus ministros hasta que las urnas no le confirmen como presidente del Gobierno.
Así las cosas, la especulación de la candidatura de Rato ha servido para que el PSOE intente sembrar la discordia en el seno del PP. En declaraciones a Telecinco, el portavoz del Grupo Parlamentario Socialista y coordinador del programa electoral del PSOE, Jesús Caldera, ha afirmado que su partido está dispuesto a apoyar al ministro de Economía en el caso de que sea propuesto para suceder a Koehler en el FMI.
Caldera precisó que el Partido Socialista "siempre" apoyará a cualquier candidato español que opte a un puesto "de esa naturaleza". "Que no se preocupe don Rodrigo Rato, que si tiene posibilidades de presidir el Fondo Monetario Internacional, lo que sería un activo para España, un gobierno socialista le apoyaría", añadió. El portavoz del PSOE en el Congreso cree que "el PP ya se está dando cuenta de su error y Rato no debe tener muy claro su futuro, por lo que se está buscando una salida". Resulta curioso el entusiasmo de Caldera al promocionar a Rodrigo Rato para un cargo de la relevancia como la dirección general del FMI. Claro que este puesto mantendría al número dos del PP alejado del Congreso de los Diputados, donde ha mantenido duros enfrentamientos con Caldera y en los que el portavoz socialista no terminó precisamente bien parado.