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Rajoy provoca el caos y la división interna en el PP con su silencio

El mutismo de Rajoy sobre Gürtel sume al PP en el caos, la incertidumbre -provocada por los rumores- y la desazón ante un líder que no actúa como tal. Todo sigue igual 24 horas después: Bárcenas es senador y mantiene todos sus privilegios. En los despachos, la división aumenta.

El mutismo de Rajoy sobre Gürtel sume al PP en el caos, la incertidumbre -provocada por los rumores- y la desazón ante un líder que no actúa como tal. Todo sigue igual 24 horas después: Bárcenas es senador y mantiene todos sus privilegios. En los despachos, la división aumenta.

El Partido Popular vive inmerso en el caos, la incertidumbre -provocada por los incesantes rumores- y la desazón ante un líder, Mariano Rajoy, que no actúa como tal. Desde que el martes por la mañana se levantara el secreto sumarial del grueso del caso Gürtel, las cosas han ido a peor en la sede nacional del partido. En el epicentro de todos los males Luis Bárcenas, ex tesorero pero todavía senador popular a quien el TSJ de Madrid le sitúa como clave en la trama corrupta.

En los despachos, el núcleo de la formación se dividía en dos bloques claramente diferenciados. Por un lado, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, y barones regionales tan importantes como Alberto Núñez Feijóo, Alicia Sánchez Camacho o Antonio Basagoiti. Por otro, los vicesecretarios Javier Arenas -que ensalzó públicamente la figura de quien es su amigo- y Ana Mato, mucho más comedida.

Para los primeros, Bárcenas tiene que perder de forma “inmediata” tanto su carnet de militante como su acta de senador del Grupo Popular. “Es una vergüenza, no puede seguir ni un minuto más, tenemos que zanjar este asunto cuanto antes”, se quejaba un líder regional en declaraciones a Libertad Digital. Para los segundos, el ex tesorero “ha hecho un trabajo extraordinario” en la formación, por lo que debería de seguir contando con el respaldo de la dirección nacional hasta una sentencia firme.

Y en medio Rajoy, quien ha vuelto a guardar un mutismo sepulcral para desesperación de los suyos y ha limitado su agenda a un desayuno a puerta cerrada con empresarios. Un silencio que alimentaba los rumores sobre el futuro de Bárcenas, y que la cadena SER llevaba a sus boletines informativos. Según la emisora de PRISA, el líder de la oposición habría decidido eliminar los privilegios internos al que fuera responsable de sus financias; un despacho y una secretaria en Génova y el pago del abogado penalista Miguel Bajo, uno de los más reputados en la especialidad.

Un portavoz autorizado despreciaba poco después dicho extremo, si bien no se atrevía a descartar “la fuente” de la SER, que según apuntaba era de la dirección nacional: “Ni confirmamos ni desmentimos, como si no lo hubiéramos escuchado”.

Así las cosas, un día después del levantamiento del secreto, la versión oficial sigue siendo la misma que la de aquel sms cuatro horas después de descubierto el pastel. “No hay hechos nuevos, ni personas nuevas imputadas en el sumario” y “todo lo conocido ha sido producto de filtraciones que se han hecho de forma interesada durante un año”. Por ello, y al no haber “nada nuevo”, para el PP no hay motivos por los que desposeer a Bárcenas de su cargo de senador, de su militancia ni tampoco de sus privilegios.

Aguirre, la más contundente

El silencio de Rajoy también provocó que, como ocurre en cada crisis interna, el partido se convirtiera en un corral de declaraciones públicas y off the record, oficiales y oficiosas. La firmeza la traía la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, ante el Comité Ejecutivo Regional: “Cualquier cargo público tiene una responsabilidad añadida, la cual le exige ante la aparición de una razonable duda acerca de su rectitud pública el apartamiento temporal de sus funciones mientras se aclara su posición”.

La número dos del PP, María Dolores de Cospedal, decía desde Tomelloso (Ciudad Real) que su partido “no tiene miedo a nada” del contenido del sumario, pues “no ha recibido dinero” de las personas implicadas en la trama y ha tomado “medidas contundentes” cuando le ha correspondido. “Si hay cambios, actuaremos”, zanjó, en referencia a Bárcenas, a quien de puertas para adentro quiere apartar de la formación. Otro portavoz de Génova, en esta ocasión Carlos Floriano, era más tajante: “El PP está convencido de la inocencia” del ex tesorero.

“Bárcenas sabe lo que tiene que hacer, no es tonto”

No fueron los únicos en dar su opinión. En declaraciones a Radio Euskadi, el eurodiputado Carlos Iturgaiz pidió a Bárcenas que haga “el menor daño posible” al PP, y añadió: “él sabrá lo que tiene que hacer, hay personas a quienes no se les tiene que decir lo que tienen que hacer, ya son mayorcitos. No se pueden dar lecciones a estas alturas de la política. Él sabe como haría el menor daño al partido, no es tonto”.

En este sentido, el coordinador de Política Autonómica y Local del partido, Juan Manuel Moreno, confesó que algunas conversaciones telefónicas hechas públicas en el sumario “sonrojan a muchos” y que “en efecto, ha habido una serie de señores, unos golfos, que se han aprovechado en muchos casos de las siglas del PP”.

Rajoy podría no hablar el jueves

¿Qué va a pasar entonces? En el PP, tanto en las altas esferas como en las bases, son de la opinión mayoritaria de que al final Bárcenas tendrá que caer. Recuerdan las fuentes consultadas por Libertad Digital que, tras estallar el escándalo Gürtel, Rajoy optó por mantenerle al frente de las cuentas de la formación, pero finalmente no tuvo más remedio que forzar su marcha “por el bien del partido”. Ahora, tal y como avanzó en exclusiva este periódico, podría repetirse la jugada. “Ya se hizo en su día, no puede seguir un minuto más”, se quejaba un miembro de la cúpula, que telefoneó a su jefe de filas para transmitirle su honda preocupación. La pregunta que muchos se hacen es “cuánto tiempo” mantendrá el presidente del PP la agonía.

Una respuesta que todo parece indicar que no llegará el jueves, cuando participará en Sevilla en el reencuentro de los integrantes de la primera Ejecutiva que formó José María Aznar cuando en 1990 logró la Presidencia del Partido. Según Génova, no está previsto que atienda a la prensa.

Por lo menos, sentencian desde la dirección nacional, si algo ha quedado claro es que no ha existido financiación irregular. A dicha conclusión ha llegado un equipo de diez personas, capitaneado por Federico Trillo, que desde el martes ha revisado la casi totalidad de los más de 50.000 folios que componen la parte de la investigación sobre la que no pesa el secreto sumarial. “No es una trama ni nada parecido, sino una cuadrilla de aprovechados”, concluía la diputada Cayetana Álvarez de Toledo.

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