"Tenían la sensación -las víctimas- de que habíamos hecho las cosas bien", concluía Bono. Pero al Presidente de la Cámara Baja no le hacía gracia la pregunta: "Y ésta es la hora, no por su pregunta (…)”, sonreía Bono, "de que permanezcamos unidos y no busquemos ningún resorte para utilizar a las víctimas desde el punto de vista partidista o electoral. España está con ellos, les recuerda, les quiere, pero nunca más utilizar a las víctimas con interés electoral. Muchas gracias”. Y se marchaba con una sonrisa.
Bono hacía referencia a su discurso del día anterior en el Congreso de los Diputados en el homenaje a las víctimas del terrorismo. Un homenaje del que ha lamentado la ausencia de prácticamente todos los presidentes autonómicos. “Me dolió que no estuviera ningún otro presidente de comunidad autónoma”, decía en referencia al único asistente, el Lehendakari, Patxi López. “Pero probablemente tendrían otras ocupaciones y yo las respeto”.
Gallardón y Patxi López
Sí que quería agradecer Bono la presencia de dos personas: Patxi López y Alberto Ruiz Gallardón: “Ustedes destacaron las ausencias y yo también lo hice citando al Lehendakari del Gobierno vasco, porque dejó otras ocupaciones y quiso estar. Y cité también al señor alcalde de Madrid, al señor Gallardón, porque también estuvo”.
Las líneas rojas
Hoy también ha sido el momento de aclarar las líneas rojas de la política antiterrista que mencionó ayer en su discurso. “Me refería a la ambigüedad”, decía Bono. Algo que se traduce en dos cuestiones. Que ningún partido democrático sea "vientre de alquiler de ETA" para las próximas elecciones, en referencia a Eusko Alkartasuna, es la primera de ellas, porque la banda terrorista "corrompe y ensucia todo lo que toca". La segunda: “no negociar con ETA”, porque “su sitio es la cárcel”.
Eguiguren, “prosa mala”
Al dirigente socialista, Jesús Eguiguren, le ha dado Bono una de cal y otra de arena. Si bien ha puntualizado que no quiere “hacer un juicio de valor” sobre las declaraciones de Jesús Eguiguren este fin de semana, ha manifestado que “la buena voluntad y el deseo de acabar con ETA se le presuponen y yo desde luego se lo reconozco”. Acto seguido, sin embargo, le ha calificado como “no verso suelto, sino prosa mala”, porque “no se pueden trasladar imágenes en las que alguien crea que negociar con ETA es una solución; la única solución es la cárcel y eso debe de quedar meridianamente claro entre los demócratas.