L D (Europa Press) En una entrevista concedida a Radio Euskadi, Joseba Álvarez ha señalado que la situación era inesperada pese a que la situación del proceso "era crítica". Álvarez afirmó que todo el mundo conocía "cómo habían evolucionado las cosas estos nueves meses" desde que ETA declarara el alto el fuego. "Había una conciencia general en septiembre de crisis", señaló, para añadir a ello se sumó "la historia" del preso Iñaki de Juana Chaos, las detenciones, "las ilegalizaciones que se mantenían".
Por ello, consideró que "no se estaban dando pasos concretos por parte del PSOE en la creación de condiciones" para un proceso "de este tipo". En este sentido, dijo que los representantes de Batasuna en diciembre ya advirtieron de que "la situación no era la deseable". "Ahora, de ahí a que se produjera un atentado como el de Madrid, yo creo que eso no se lo esperaba nadie", señaló.
"No todos tenemos la misma responsabilidad"
El dirigente de Batasuna aseguró que, por su parte, "hay una intención evidente de seguir avanzando, de seguir buscando la solución y los compromisos". "Efectivamente, ha pasado lo que ha pasado, también han pasado otras cosas antes y cada uno puede poner encima de la mesa cosas diferentes que no han sido de su agrado y se puede llegar a la conclusión de que todos no estamos en la situación que preveíamos, ninguno", añadió.
Por ello, manifestó que Batasuna cree que, "a partir de ahora, la responsabilidad parte la tenemos todos, pero todos no tenemos la misma responsabilidad". "El PSOE, que es el que reiteradamente ha dicho que dirige este proceso, el presidente Zapatero, que es el que lo lidera, ha llegado a una situación como ésta", agregó.
Emplaza al Gobierno al próximo comunicado de ETA
Joseba Alvarez emplazó a "pensar 'hasta aquí hemos llegado, cuáles han sido las razones que han motivado que el escenario actual esté en la situación actual', pero darlo por perdido, finiquitado, acabado y aniquilado, no es sólo no responder a la demanda". "Echarle la culpa a ETA, no lo sé, ha dado el alto el fuego", recordó, para subrayar que la banda armada "no ha dicho que lo haya quitado" porque, por ahora, "no ha sacado un comunicado ni nada".
Tras reconocer que "es una cosa nueva", indicó que "le corresponde a ETA explicar por qué lo ha hecho así o qué ha querido dar a entender con eso". "Nosotros pensamos que tarde o temprano ETA hará su lectura de lo que ha pasado", agregó.
A su juicio, "las semanas y los meses venideros van a enseñar si somos capaces o no de buscar una salida". "Claro, sólo nosotros no podemos buscar esa salida, la salida del conflicto tiene que ser transversal, por lo menos, entre los que hasta la semana pasada decíamos estar de acuerdo en ello", apuntó.
Discrepancias en el PNV
Mientras, en rueda de prensa, Josu Jon Imaz ha dicho que es "evidente" que las bases sobre las que se sustentaba la negociación son hoy "inexistentes", aunque reafirmó la voluntad de su partido de seguir trabajando para reconstruirlas. Imaz, quien no quiso entrar en discusiones semánticas sobre si el proceso está roto, quebrado o suspendido, insistió en en que no se puede "construir el futuro sobre el pacto antiterrorista" y pidió sacar la violencia de la lucha partidista.
El dirigente nacionalista, tras responsabilizar únicamente a ETA de la ruptura del alto el fuego, criticó a Batasuna por no condenar el atentado de ETA y mantuvo que el diálogo político con esta formación "no puede ser igual que antes del día 30", aunque añadió que si tiene que "bajar a los infiernos a hablar con el diablo", lo hará. Su pesimismo contrasta con el discurso de Juan José Ibarretxe, quien tras el atentado defendió que la negociación debía continuar.
El dirigente nacionalista, tras responsabilizar únicamente a ETA de la ruptura del alto el fuego, criticó a Batasuna por no condenar el atentado de ETA y mantuvo que el diálogo político con esta formación "no puede ser igual que antes del día 30", aunque añadió que si tiene que "bajar a los infiernos a hablar con el diablo", lo hará. Su pesimismo contrasta con el discurso de Juan José Ibarretxe, quien tras el atentado defendió que la negociación debía continuar.