Balbás se defiende y empieza a remover las luchas internas por el poder en el PSOE

L D (Agencias) José Luis Balbás, que dirigió la corriente de los “Renovadores por la Base” en el interior del PSOE y dice ser un simple militante desde el año 2000, ha sido expulsado del partido. En declaraciones a la Cadena SER , ha declarado que no tiene "ninguna complicidad" y está "absolutamente al margen" de la "voluntad" de Eduardo Tamayo y Maite Sáez, con quienes le relaciona la cúpula del PSOE para justificar su expulsión. Balbás, visiblemente irritado por la decisión del PSOE, ha empezado a remover el pasado, recordando cómo ayudó en su día a José Blanco, "amigo mío del alma hasta ayer", para que se convirtiera en secretario de Organización del PSOE, así como a José Luis Rodríguez Zapatero, cuya candidatura a la secretaría general del partido impulsó en el 35 Congreso del PSOE desde su corriente interna, que luego se disolvió. "Si ahora (Blanco) considera que yo no tengo que estar" en el PSOE, "yo no estaré en el partido", ha dicho, para explicar luego que "estaré donde tenga que estar, pero con la máxima dignidad porque yo estaba al margen absoluto de estas circunstancias y de la voluntad de estos diputados".

En cuanto a su supuesta complicidad con Tamayo, Balbás ha explicado que su "única intervención" en este caso fue "conseguir que hablaran" Tamayo y el secretario de Organización, José Blanco, "a las once y media de la mañana" del martes, cuando Tamayo y Sáez ya se habían marchado de la Asamblea de Madrid. Al parecer, Blanco le llamó "hasta siete veces" para que interviniera "en el entorno" de Tamayo e hiciera "un intento de acercamiento". "Blanco es un amigo. Yo estoy con la dirección federal del partido y con Zapatero, pues intenté mediar, lo cual me ha puesto en una situación delicada", ha explicado. Dentro de esa actitud mediadora, Balbás también ha explicado que este miércoles también habló "cinco minutos" con Eduardo Tamayo, "porque me llamó otra fuerza política" para que "le diera" su número de teléfono para ponerse en contacto con él. Aunque no citó expresamente cuál era esa fuerza política, dijo que era "de izquierdas" y puntualizó: "Hay tres en la Asamblea, pues la otra", es decir, Izquierda Unida. "Es la única gestión que hice yo también con Eduardo, para que hablara con esta fuerza de izquierdas".

El ventilador, aireando las interioridades

Cuando le han preguntado sobre la denuncia presentada contra él y Eduardo Tamayo ante la Comisión de Ética del PSOE por el diputado Enrique Benedicto, por supuestos negocios inmobiliarios, Balbás ha explicado que se trata de una "infamia" y una "calumnia", y ha destacado que el propio José Blanco le "comunicó personalmente que eso estaba archivado". Sin embargo, parece que ese es el informe va a traer cola, ya que Balbás ha empezado a airear las intimidades de la Federación Socialista Madrileña al desvelar que "eso fue (producto de) una lucha interna de poder del grupo del entorno de Rafael Simancas, Enrique Benedicto Mamblona y Ruth Porta , que es su mano derecha, para que hubiera menos gente de la parte digamos de la mayoría de Zapatero en la lista", relató. Sin embargo, reconoció que esa denuncia ha motivado que "desde hace siete meses" haya "un enfrentamiento tremendo" en el seno de la ejecutiva de la Federación Socialista Madrileña entre Eduardo Tamayo, Ruth Porta "y su marido, Enrique Benedicto, que es quien hizo la denuncia" ante la Comisión de Ética.

Sobre las presuntas actividades delictivas que ahora le atribuye el PSOE, Balbás argumentó que lleva veinte años "ejerciendo como profesional en Madrid, tanto como economista, como auditor como algunas inversiones financieras" y que sus actividades son "propias y heredadas" y "no tienen nada que ver con este asunto". A su juicio, "es una desviación de la atención, de quien tiene responsabilidades políticas en este asunto, hacia mi persona". Por último, Balbás explicó cuál es su posición ante la disidencia de Eduardo Tamayo, afirmando que "Eduardo yo creo que es un hombre con mucho criterio, no debía haber hecho esto", para volver a sacudir los cimientos de la FSM recordando que "el estado de división y enfrentamiento en la Ejecutiva pues era importante, sobre todo desde hace siete meses, con ese asunto de la comisión de ética".