En este sentido, Aznar ha considerado esa posibilidad como "inaceptable", en la línea de lo que han apuntado también mandatarios como Obama o Sarkozy, y cree que la OTAN "haría bien en ocuparse activamente de este problema, que no sólo afecta a los Estados Unidos y a Irán".
Y una forma útil de hacerlo sería, en opinión del ex presidente del Gobierno, la integración de Israel en la Alianza Atlántica, que para Aznar es "la mejor disuasión" para el régimen totalitario de Irán.
El presidente de FAES asegura también que "la libertad no es gratis", y que "hay que trabajar por ella con quienes comparten nuestros valores", motivo que según Aznar explicaría "nuestra presencia en Afganistán", un "problema estratégico de primer orden" en el que "los Aliados sólo pueden conformarse con la victoria".
En la última parte de su artículo el ex presidente del Gobierno analiza el papel que debería jugar España en el futuro de la OTAN, que según él debería ser "activo y positivo", para lo que "la primera prueba será Afganistán". Aznar aboga por una relación "basada en la lealtad -esta vez real- con nuestros aliados" y denuncia que "algunas recientes decisiones políticas tomadas irresponsablemente han dañado nuestra fiabilidad".
Así, para Aznar: "El desistimiento súbito que acabamos de ver en Kosovo, sin consulta previa con los aliados, ha creado desconfianza, irritación y pérdida de credibilidad. Se ha dilapidado un capital de prestigio político, diplomático y militar de décadas".
Así, tras estos graves errores trabajar por la OTAN es para España "la oportunidad de empezar a recuperar un prestigio exterior que sólo puede estar basado en la definición clara de nuestros intereses nacionales y en la coherencia de defenderlos con responsabilidad, perseverancia y sentido de Estado".