L D (Agencias) El presidente del Gobierno, José María Aznar, ha participado en un acto del Partido Popular sobre “democracia y terrorismo” donde ha subrayado las claves de su acción de Gobierno y ha hecho hincapié en los asuntos que convierten al PP en el único partido capaz de garantizar la cohesión interna en España, ante la “deriva soberanista y nacionalista” que se vive en los últimos tiempos, actitud que calificó de “juegos malabares”. Aznar inició su discurso refiriéndose a la guerra en Irak, y volvió a destacar que Izquierda Unida y el PSOE basan su oposición sólo en el oportunismo electoral, ante las próximas elecciones municipales y autonómicas del 25 de mayo.
Sin embargo, el presidente dedicó la mayor parte de su discurso a rechazar las propuestas que abogan por reformar la Constitución y los Estatutos de autonomía de Cataluña y el País Vasco. El jefe del Ejecutivo subrayó que los veinticinco años que España ha vivido desde la Constitución de 1978 han sido de estabilidad y prosperidad y han servido para construir el Estado más descentralizado de Europa y con más poder político distribuido entre Comunidades Autónomas y ayuntamientos. Tras subrayar que España está incluso más descentralizada que Alemania, que es un Estado federal, dijo que esa circunstancia es compatible con la existencia de un país cohesionado y "lo que toca ahora" es mantener todo lo logrado y garantizar esa cohesión.
Esa garantía que le corresponde al Gobierno supone, a su juicio, mantener elementos esenciales para el Estado, como la seguridad interior y exterior, la Justicia, la representación exterior y el sistema de Seguridad Social: todo lo que en la actualidad queda fuera de la potestad de las Comunidades Autónomas y garantiza la integridad de España como Estado. Frente a ello, lamentó que haya quienes planteen que no vale todo lo logrado hasta ahora y que hay que reformarlo, y se preguntó cuál es el objetivo de tales iniciativas. En este contexto, se refirió implícitamente al PSOE, al afirmar que "hay algunos que, en su teoría de llegar al Gobierno al precio que sea, se suben al tigre de la reforma constitucional".
Aznar se refirió concretamente a las propuestas de reforma del Estatuto de Cataluña planteadas en los últimos días por CiU y el PSC, y dijo que algunas son semejantes a las que proponen en el País Vasco la creación de un estado libre asociado. Tras subrayar que en las últimas semanas ha escuchado cuatro proyectos distintos de reforma del Estatuto catalán, el jefe del Ejecutivo se preguntó por qué poner en riesgo lo logrado hasta ahora y abrir un debate sobre la estabilidad institucional y constitucional, "que no hace ninguna falta y no los quiere la mayoría del país", dijo. "No veo su utilidad y no aconsejo que se hagan, porque me parece un error y, al final, los ciudadanos saben distinguir lo que es una posición política y lo que es una ventolera oportunista".
Aznar insistió en que esas propuestas no son convenientes ni lógicas y que la misión del Partido Popular es garantizar la cohesión y el futuro de oportunidades que tiene España, excluyendo de esa misión al Partido Socialista. El presidente se refirió también al País Vasco, al afirmar que desde el nacionalismo se han planteado fórmulas como el "gran disparate" de crear un estado libre asociado "como Puerto Rico", dijo. Por este tipo de actitudes, Aznar defendió la existencia de una alternativa y dijo que, ante las próximas elecciones municipales, "ahí es donde hay que retratarse". En este sentido, volvió a referirse implícitamente al PSOE, al lamentar que "algunos hayan decidido que lo mejor es que no haya alternativa".
A este respecto, el presidente recordó que los socialistas se distanciaron de dicha alternativa tras los resultados de las últimas elecciones autonómicas en el País Vasco, destacando que aquellos resultados a él le parecieron magníficos, hasta el punto de que se sorprendió por el éxito obtenido y dijo, refiriéndose a aquellos que hablaron de derrota del PP y del PSE en aquella convocatoria electoral, que quizá algunos habían pensado que dicha alternativa "iba a triunfar a la primera como quien mete un gol de tacón por la escuadra sin entrenarse". Por eso invitó a las "personas comprometidas" a dar "un paso adelante porque no queremos –dijo– derivas soberanistas ni nacionalistas, ni juegos malabares". Con los que quieran dar ese paso, Aznar aseguró que el PP estará dispuesto a cooperar al máximo.
Sin embargo, el presidente dedicó la mayor parte de su discurso a rechazar las propuestas que abogan por reformar la Constitución y los Estatutos de autonomía de Cataluña y el País Vasco. El jefe del Ejecutivo subrayó que los veinticinco años que España ha vivido desde la Constitución de 1978 han sido de estabilidad y prosperidad y han servido para construir el Estado más descentralizado de Europa y con más poder político distribuido entre Comunidades Autónomas y ayuntamientos. Tras subrayar que España está incluso más descentralizada que Alemania, que es un Estado federal, dijo que esa circunstancia es compatible con la existencia de un país cohesionado y "lo que toca ahora" es mantener todo lo logrado y garantizar esa cohesión.
Esa garantía que le corresponde al Gobierno supone, a su juicio, mantener elementos esenciales para el Estado, como la seguridad interior y exterior, la Justicia, la representación exterior y el sistema de Seguridad Social: todo lo que en la actualidad queda fuera de la potestad de las Comunidades Autónomas y garantiza la integridad de España como Estado. Frente a ello, lamentó que haya quienes planteen que no vale todo lo logrado hasta ahora y que hay que reformarlo, y se preguntó cuál es el objetivo de tales iniciativas. En este contexto, se refirió implícitamente al PSOE, al afirmar que "hay algunos que, en su teoría de llegar al Gobierno al precio que sea, se suben al tigre de la reforma constitucional".
Aznar se refirió concretamente a las propuestas de reforma del Estatuto de Cataluña planteadas en los últimos días por CiU y el PSC, y dijo que algunas son semejantes a las que proponen en el País Vasco la creación de un estado libre asociado. Tras subrayar que en las últimas semanas ha escuchado cuatro proyectos distintos de reforma del Estatuto catalán, el jefe del Ejecutivo se preguntó por qué poner en riesgo lo logrado hasta ahora y abrir un debate sobre la estabilidad institucional y constitucional, "que no hace ninguna falta y no los quiere la mayoría del país", dijo. "No veo su utilidad y no aconsejo que se hagan, porque me parece un error y, al final, los ciudadanos saben distinguir lo que es una posición política y lo que es una ventolera oportunista".
Aznar insistió en que esas propuestas no son convenientes ni lógicas y que la misión del Partido Popular es garantizar la cohesión y el futuro de oportunidades que tiene España, excluyendo de esa misión al Partido Socialista. El presidente se refirió también al País Vasco, al afirmar que desde el nacionalismo se han planteado fórmulas como el "gran disparate" de crear un estado libre asociado "como Puerto Rico", dijo. Por este tipo de actitudes, Aznar defendió la existencia de una alternativa y dijo que, ante las próximas elecciones municipales, "ahí es donde hay que retratarse". En este sentido, volvió a referirse implícitamente al PSOE, al lamentar que "algunos hayan decidido que lo mejor es que no haya alternativa".
A este respecto, el presidente recordó que los socialistas se distanciaron de dicha alternativa tras los resultados de las últimas elecciones autonómicas en el País Vasco, destacando que aquellos resultados a él le parecieron magníficos, hasta el punto de que se sorprendió por el éxito obtenido y dijo, refiriéndose a aquellos que hablaron de derrota del PP y del PSE en aquella convocatoria electoral, que quizá algunos habían pensado que dicha alternativa "iba a triunfar a la primera como quien mete un gol de tacón por la escuadra sin entrenarse". Por eso invitó a las "personas comprometidas" a dar "un paso adelante porque no queremos –dijo– derivas soberanistas ni nacionalistas, ni juegos malabares". Con los que quieran dar ese paso, Aznar aseguró que el PP estará dispuesto a cooperar al máximo.