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Aznar: "El PSOE pagará su tremenda deslealtad tras la masacre del 11-M"

Presidente del Gobierno entre 1996 y 2004, el diario El Mundo incluye a José María Aznar entre "los grandes protagonistas" de nuestra democracia. En una amplia entrevista, augura que el PSOE pagará "tarde o temprano un precio por su tremenda deslealtad" tras la masacre del 11-M. Reconoce "errores" pero advierte que no intentaron mentir ni su posición era "una triquiñuela partidista". Aznar también repasa la situación económica y denuncia la deriva nacionalista: "El PNV quiere la derrota de España a través de una negociación con ETA".

(Libertad Digital) "Dejé como herencia el país más rico de la Historia de España". José María Aznar repasa en El Mundo los treinta años de democracia. Un repaso en el que analiza "la deslealtad" del PSOE tras los atentados del 11-M, la depresión económica actual y la deriva del nacionalismo, entre otras muchas cuestiones.
 
Sobre el 11-M, el ex presidente saca los colores al PSOE: "en un momento determinado, la izquierda española decide usar los atentados contra el Gobierno, entraron en la dinámica del todo vale como había hecho en otras ocasiones". Fue, en opinión de Aznar, "la primera vez en la Historia que a un Gobierno se le hace responsable de un atentado, y no a los terroristas".
 
Por todo ello, el actual presidente de FAES se muestra convencido de que "el PSOE tarde o temprano pagará un precio por su actitud y no le saldrá gratis esa tremenda deslealtad".
 
A la pregunta de si el Ejecutivo del PP cometió errores en la gestión de la masacre, José María Aznar admite que "claro que cometimos errores" pero advierte que "cuando nosotros decimos que el atentado es imputable a ETA es porque tenemos todos los servicios de inteligencia de España y del mundo que nos dicen que ha sido ETA". "Ni intentamos mentir ni nuestra posición era una triquiñuela", sentencia.
 
Los nacionalismos
 
Su chequeo a los treinta años de democracia también le lleva a criticar la deriva nacionalista. Sobre el PNV, asegura que "no quiere la derrota de ETA, quiere la derrota de España a través de una negociación" con la banda terrorista. También hace referencia a sus pactos con Pujol y Arzalluz en su primer gobierno: "aunque con profundas discrepancias, esas relaciones eran bastante normales y francas, más con CiU que con el PNV".
 
José María Aznar guarda un especial recuerdo de Jordi Pujol: "fue una relación muy buena, de respeto y lealtad". "Le dije que todo el desarrollo autonómico llega un momento en que tiene un límite. Sabía que los nacionalistas, tarde o temprano, tendrían que elegir entre transgredir el límite o mantener la lealtad constitucional. Y, sinceramente, creo que hice todos los esfuerzos posibles para que estuvieran en la lealtad constitucional", explica.
 
Desgraciadamente, continúa, las cosas no fueron así y en el caso del PNV "había suscrito con ETA el pacto de Estella y eso fue un desafío muy grande". "Su deriva soberanista era muy clara y su deslealtad también", recalca.
 
ETA: Ortega Lara y Miguel Ángel Blanco
 
"La reacción de ETA y de su entorno era intentar ponérmelo casi imposible, ya que no habían conseguido acabar conmigo", afirma el ex presidente del Gobierno, para después añadir: "Lo de Ortega Lara para nosotros se convirtió casi en una obsesión. Liberarle era un desafío que vivíamos intensamente todos los días. Su liberación fue un golpe terrible para ETA. Le habíamos dicho claramente a ETA que no íbamos a negociar ni a hablar. Yo quería acabar con los terroristas", sentencia.
 
Pero, sin duda, el golpe más duro para el ex presidente fue el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco: "cuando secuestran a Miguel Ángel hay una cosa muy clara, que ETA puede ser derrotada, pero su derrota es la derrota del nacionalismo, y por tanto el nacionalismo pone en marcha un mecanismo para boicotear ese movimiento cívico, el espíritu de Ermua".
 
Preguntado por si tuvo dudas en su posición durante el secuestro del concejal popular, Aznar responde: "No tuve ninguna duda, y además así se lo dije a la familia de Miguel Ángel". "Fue durísimo, pero no podíamos ceder al chantaje. Moví Roma con Santiago para intentar encontrarlo, pero ya sabíamos que la orden de asesinarle estaba dada desde el momento del secuestro", reconoce.
 
"Lo que yo hice no tiene nada que ver con lo que ha hecho Zapatero", asegura, en relación a la negociación de los socialistas con ETA. Según explica el presidente de FAES, "ni negocie ninguna tregua ni pacté ninguna tregua ni estive dispuesto a aceptar condiciones de nadie". "Nosotros sólo estábamos en un combate directo con ETA, y cuando se habló de una tregua nos reunimos con ellos sólo para ver si dejaban las armas definitivamente o no"; sentencia.
 
La situación económica
 
Recuerda también que, cuando llegó a La Moncloa, la herencia que recibió fue "una inflación al seis por ciento, un déficit público del siete por ciento, un desempleo del veinticuatro por ciento, la Seguridad Social en suspensión de pagos, un endeudamiento muy preocupante, un desequilibrio externo enorme y además sin cumplir ninguno de los requisitos de Europa".
 
Sin embargo, al terminar sus dos mandatos, dejó como herencia "el país más rico de la Historia de España". Eso, explica Aznar, "no fue nada fácil". "Desde el punto de vista formal, yo tuve un par de conversaciones con mi predecesor, sin mayor trascendencia; y desde el punto de vista de lo que significa la entrega de dossieres, documentos o asuntos pendientes, no recibí nada".
 
La foto de las Azores
 
Sobre la guerra de Irak y la gestión del Gobierno de España, el ex jefe del Ejecutivo asevera que "nunca" se va arrepentir "de la foto de las Azores". "No me arrepentiré jamás de que España estuviera en una foto entre las dos democracias más importantes del mundo asumiendo su responsabilidad en un momento difícil", argumenta. Además, reitera que "no me arrepiento en absoluto porque fue el momento histórico más importante que ha tenido España en 200 años".

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