L D (EFE) Al Hospital Central de la Defensa de Madrid, donde han quedado instaladas las capillas ardientes de los militares asesinados, han acudido numerosas autoridades civiles y militares, y dirigentes de los partidos políticos, que han expresado sus condolencias a las familias de las víctimas.
Los Reyes y el Príncipe de Asturias asistirán este martes a mediodía al funeral de Estado que se oficiará en la sede del Centro Nacional de Inteligencia por los siete militares españoles asesinados en una emboscada cuando se dirigían a Bagdad en dos vehículos todoterrenos.
El ministro de Defensa, Federico Trillo, fue el primer miembro del Ejecutivo en llegar al Gómez Ulla, donde pidió a los periodistas que respetaran la voluntad de las familias de velar a sus allegados en la intimidad. El director y la secretaria general del CNI, Jorge Dezcallar y María Dolores Vilanova, así como Trillo y el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, recibieron a las autoridades que visitaron los velatorios individuales, tras expresar sus condolencias a cada una de las familias de los agentes.
A lo largo de la tarde, visitaron las capillas ardientes, además de Aznar, el vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato; el vicepresidente segundo, Javier Arenas; y el presidente del Senado, Juan José Lucas. También lo hicieron los secretarios generales del PP y del PSOE, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, respectivamente, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, además de los cuatro jefes del Estado Mayor del Ejército.
Aznar y Zapatero coincidieron cuando visitaban los velatorios. Ambos se saludaron cuando el presidente entró al velatorio de Lucas Egea, a cuyos familiares estaba transmitiendo sus condolencias en ese momento el líder socialista. José María Aznar llegó al hospital militar, acompañado por su esposa, Ana Botella, y fue recibido por Trillo, Dezcallar y los cuatro jefes del Estado Mayor del Ejército. Aznar abandonó el hospital poco después tras haber expresado sus condolencias a las familias de los agentes fallecidos.
También el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, transmitió sus condolencias a las familias de los fallecidos y resaltó la "dignidad" de estas personas, que "están dando una lección ejemplar a la ciudadanía española". En su visita a las capillas ardientes, Mariano Rajoy transmitió su solidaridad con sus familiares, "cuya entereza", dijo, "invita a seguir trabajando por el respeto de los derechos humanos en todo el mundo". También Javier Arenas mostraba su solidaridad y manifestaba que éstos son "momentos de mucha unidad y de comprometernos todos a acabar con el terrorismo en España y en el mundo".
Rodrigo Rato manifestaba en nombre del Ejecutivo su respeto y solidaridad con los familiares de los siete españoles fallecidos y resaltó la entereza de estas personas. Rato indicaba que estos españoles "han dado su vida por la paz en el mundo y también sirviendo a su país" y agregaba que los familiares de las víctimas "son hoy no solo un ejemplo sino una muestra de lo que es la entereza en las familias". El portavoz del Gobierno y ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, ensalzaba, asimismo, el "sacrificio" de los siete funcionarios del CNI "asesinados vilmente" en Irak por defender la libertad y la democracia.
Los Reyes y el Príncipe de Asturias asistirán este martes a mediodía al funeral de Estado que se oficiará en la sede del Centro Nacional de Inteligencia por los siete militares españoles asesinados en una emboscada cuando se dirigían a Bagdad en dos vehículos todoterrenos.
El ministro de Defensa, Federico Trillo, fue el primer miembro del Ejecutivo en llegar al Gómez Ulla, donde pidió a los periodistas que respetaran la voluntad de las familias de velar a sus allegados en la intimidad. El director y la secretaria general del CNI, Jorge Dezcallar y María Dolores Vilanova, así como Trillo y el portavoz parlamentario socialista, Jesús Caldera, recibieron a las autoridades que visitaron los velatorios individuales, tras expresar sus condolencias a cada una de las familias de los agentes.
A lo largo de la tarde, visitaron las capillas ardientes, además de Aznar, el vicepresidente primero del Gobierno, Rodrigo Rato; el vicepresidente segundo, Javier Arenas; y el presidente del Senado, Juan José Lucas. También lo hicieron los secretarios generales del PP y del PSOE, Mariano Rajoy y José Luis Rodríguez Zapatero, respectivamente, y el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, además de los cuatro jefes del Estado Mayor del Ejército.
Aznar y Zapatero coincidieron cuando visitaban los velatorios. Ambos se saludaron cuando el presidente entró al velatorio de Lucas Egea, a cuyos familiares estaba transmitiendo sus condolencias en ese momento el líder socialista. José María Aznar llegó al hospital militar, acompañado por su esposa, Ana Botella, y fue recibido por Trillo, Dezcallar y los cuatro jefes del Estado Mayor del Ejército. Aznar abandonó el hospital poco después tras haber expresado sus condolencias a las familias de los agentes fallecidos.
También el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, transmitió sus condolencias a las familias de los fallecidos y resaltó la "dignidad" de estas personas, que "están dando una lección ejemplar a la ciudadanía española". En su visita a las capillas ardientes, Mariano Rajoy transmitió su solidaridad con sus familiares, "cuya entereza", dijo, "invita a seguir trabajando por el respeto de los derechos humanos en todo el mundo". También Javier Arenas mostraba su solidaridad y manifestaba que éstos son "momentos de mucha unidad y de comprometernos todos a acabar con el terrorismo en España y en el mundo".
Rodrigo Rato manifestaba en nombre del Ejecutivo su respeto y solidaridad con los familiares de los siete españoles fallecidos y resaltó la entereza de estas personas. Rato indicaba que estos españoles "han dado su vida por la paz en el mundo y también sirviendo a su país" y agregaba que los familiares de las víctimas "son hoy no solo un ejemplo sino una muestra de lo que es la entereza en las familias". El portavoz del Gobierno y ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, ensalzaba, asimismo, el "sacrificio" de los siete funcionarios del CNI "asesinados vilmente" en Irak por defender la libertad y la democracia.