Libertad Digital Aznar comenzó su intervención ante los candidatos populares a los grandes municipios con un reconocimiento a su labor y su experiencia. Son, ha dicho, los mejores candidatos, capaces de cumplir con los compromisos del PP y asumir las responsabilidades. Un gesto de apoyo a sus compañeros que le ha servido para contraponer la actitud del PP con las de “los socialistas y comunistas de la oposición. “Ya se sabe que quien hace los programas para no cumplirlos y entiende la política como un ejercicio de irresponsabilidad o para no cumplir sus responsabilidades”. Aznar se refería de esta forma a la actitud adoptada por PSOE e IU desde que comenzara la guerra. Estos dos partidos, ha señalado, “nos piden que estemos en contra de nuestros aliados, lo cual no deja de ser significativo”.
Una denuncia que repetía este domingo en una entrevista publicada en el diario ABC . Señalaba que está en marcha una "operación política" para derribar al PP cuando se cuestiona la legitimidad del Gobierno, "cuando se rechaza y cuestiona el derecho del Gobierno a tomar determinadas decisiones constitucionalmente amparadas para ello" o "cuando se llama asesinos a miembros del Gobierno o a dirigentes o representantes parlamentarios o políticos desde algunos escaños del Congreso de los Diputados o desde manifestaciones".
Según Aznar, "el problema no es sólo condenar las agresiones", sino no sembrar vientos que produzcan esas consecuencias, y acusa al Partido socialista de interesarle "una acción desestabilizadora de la situación. No le importa la situación en Irak, lo que le importa es el aprovechamiento electoral, buscar el mayor desgaste posible y buscar la mayor desestabilización posible del Gobierno", dice.
Preguntado por qué papel va a jugar España en la fase post-Sadam, Aznar sostiene que "España estará presente en todas las fases, en la de estabilización, en la de transición y en la de institucionalización. Por supuesto, también, en el proceso de reconstrucción de Irak". El presidente del Gobierno dice que "entiende perfectamente que no se esté de acuerdo con el Gobierno, pero en ningún sitio está pasando lo que ha pasado en España" y "eso me parece extraordinariamente grave y preocupante".
Sobre qué ha fallado en la posición del Gobierno para que los ciudadanos no entiendan estas razones, el presidente explica que "siempre se cometen errores y siempre se logran aciertos. Pero la cuestión en estos momentos es la de valorar la coherencia de nuestra posición". Aznar considera que en la política exterior española hay desde la transición dos líneas: una de coherencia y otra de incoherencia. "La línea de coherencia es la de partidos como el PP, como la UCD", o como "la del Partido Comunista, que se oponía a la entrada de España en la OTAN, que se oponía a la intervención del Golfo, a la intervención en Kósovo y que se opone ahora a la intervención en Irak. No comparto esa línea, pero digo que es coherente". Frente a ello, hay una posición "profundamente incoherente en política en política exterior de España, que es la posición que ha mantenido y mantiene el Partido socialista".
El presidente también recuerda que "ha ofrecido cuatro consensos al señor Rodríguez Zapatero" y los cuatro fueron rechazados por lo que concluye "al Partido socialista sólo le interesa una acción desestabilizadora de la situación". Aznar también subraya que si la posición del Gobierno tiene un coste "asumimos razonablemente ese coste" como "hemos asumido otros costes en las políticas que hemos desarrollado en solitario". No obstante y ante esta situación, Aznar asegura que no se siente solo, "me siento acompañado sólidamente por mis convicciones, me siento acompañado masivamente por mi partido y me siento muy arropado y acompañado por nuestros aliados, que son, en gran medida, algunas de las principales democracias del mundo. Por lo tanto, no siento soledad, siento preocupación por la situación en general, porque deseo que termine cuanto antes y que haya el menor número de víctimas posibles".
Sobre las relaciones con Francia y Alemania, Aznar considera que "hay un punto de divergencia pero no de deterioro. No hay ninguno de los asuntos de relación bilateral, ni en el ámbito europeo, en la relación entre España y Francia, que esté siendo perturbado por esta situación. Ninguno".
Una denuncia que repetía este domingo en una entrevista publicada en el diario ABC . Señalaba que está en marcha una "operación política" para derribar al PP cuando se cuestiona la legitimidad del Gobierno, "cuando se rechaza y cuestiona el derecho del Gobierno a tomar determinadas decisiones constitucionalmente amparadas para ello" o "cuando se llama asesinos a miembros del Gobierno o a dirigentes o representantes parlamentarios o políticos desde algunos escaños del Congreso de los Diputados o desde manifestaciones".
Según Aznar, "el problema no es sólo condenar las agresiones", sino no sembrar vientos que produzcan esas consecuencias, y acusa al Partido socialista de interesarle "una acción desestabilizadora de la situación. No le importa la situación en Irak, lo que le importa es el aprovechamiento electoral, buscar el mayor desgaste posible y buscar la mayor desestabilización posible del Gobierno", dice.
Preguntado por qué papel va a jugar España en la fase post-Sadam, Aznar sostiene que "España estará presente en todas las fases, en la de estabilización, en la de transición y en la de institucionalización. Por supuesto, también, en el proceso de reconstrucción de Irak". El presidente del Gobierno dice que "entiende perfectamente que no se esté de acuerdo con el Gobierno, pero en ningún sitio está pasando lo que ha pasado en España" y "eso me parece extraordinariamente grave y preocupante".
Sobre qué ha fallado en la posición del Gobierno para que los ciudadanos no entiendan estas razones, el presidente explica que "siempre se cometen errores y siempre se logran aciertos. Pero la cuestión en estos momentos es la de valorar la coherencia de nuestra posición". Aznar considera que en la política exterior española hay desde la transición dos líneas: una de coherencia y otra de incoherencia. "La línea de coherencia es la de partidos como el PP, como la UCD", o como "la del Partido Comunista, que se oponía a la entrada de España en la OTAN, que se oponía a la intervención del Golfo, a la intervención en Kósovo y que se opone ahora a la intervención en Irak. No comparto esa línea, pero digo que es coherente". Frente a ello, hay una posición "profundamente incoherente en política en política exterior de España, que es la posición que ha mantenido y mantiene el Partido socialista".
El presidente también recuerda que "ha ofrecido cuatro consensos al señor Rodríguez Zapatero" y los cuatro fueron rechazados por lo que concluye "al Partido socialista sólo le interesa una acción desestabilizadora de la situación". Aznar también subraya que si la posición del Gobierno tiene un coste "asumimos razonablemente ese coste" como "hemos asumido otros costes en las políticas que hemos desarrollado en solitario". No obstante y ante esta situación, Aznar asegura que no se siente solo, "me siento acompañado sólidamente por mis convicciones, me siento acompañado masivamente por mi partido y me siento muy arropado y acompañado por nuestros aliados, que son, en gran medida, algunas de las principales democracias del mundo. Por lo tanto, no siento soledad, siento preocupación por la situación en general, porque deseo que termine cuanto antes y que haya el menor número de víctimas posibles".
Sobre las relaciones con Francia y Alemania, Aznar considera que "hay un punto de divergencia pero no de deterioro. No hay ninguno de los asuntos de relación bilateral, ni en el ámbito europeo, en la relación entre España y Francia, que esté siendo perturbado por esta situación. Ninguno".