L D (EFE) Azkuna defendió, en declaraciones a la prensa, la actuación de la Ertzaintza durante los disturbios, que a su juicio fue "contundente y estupenda", y apuntó que los involucrados en la revuelta eran una mezcla de gente "en condiciones lamentables a esas horas de la mañana", pero no un grupo organizado.
Por su parte, el portavoz del PSE en el Ayuntamiento de Bilbao, Txema Oleaga, recalcó que los disturbios del domingo "demuestran que hay algunos que están, como siempre, más pendientes de sus reivindicaciones, muy poco compartidas, y de causar daño que de otra cosa", pero que, a pesar de ello, "estas han sido muy buenas fiestas".
En su opinión, "no ha habido este año, por primera vez, ningún incidente serio que ensombrezca las fiestas ni que nos haya dividido" y por ello "todas las fuerzas políticas y la sociedad bilbaína pueden estar satisfechas".
Por su parte, el portavoz del PSE en el Ayuntamiento de Bilbao, Txema Oleaga, recalcó que los disturbios del domingo "demuestran que hay algunos que están, como siempre, más pendientes de sus reivindicaciones, muy poco compartidas, y de causar daño que de otra cosa", pero que, a pesar de ello, "estas han sido muy buenas fiestas".
En su opinión, "no ha habido este año, por primera vez, ningún incidente serio que ensombrezca las fiestas ni que nos haya dividido" y por ello "todas las fuerzas políticas y la sociedad bilbaína pueden estar satisfechas".
Lo cierto es que el pasado domingo seis agentes de la Policía autónoma vasca acabaron en el hospital de Basurto. Trataban de despejar una calle para que pasara una ambulancia en servicio de urgencia. Fueron respondidos con un intento de linchamiento, lanzamiento de botellas y todo tipo de objetos. Poco después, se dedicaron a quemar contenedores. Las declaraciones de Azkuna y Oleaga recuerdan a la "forma desagradable de diversión" a la que hizo alusión Antonio Camacho, número dos del ministro del Interior, José Antonio Alonso.