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Atutxa aprovecha el vuelco electoral y el auto del TC para relanzar el Plan Ibarretxe al PSOE

Una semana después de que el Tribunal Constitucional rechazara la impugnación del anterior gobierno contra el Plan Ibarretxe, parece que el PNV quiere más tiempo. En varias ocasiones, Ibarretxe dibujo el escenario ideal para que su plan prosperara: Maragall en Cataluña y Zapatero en La Moncloa. Con los dos pilares ya erigidos, el presidente de la Cámara vasca, Juan María Atutxa, cree que es hora de "parar el reloj del debate" y volver a la presentación de enmiendas. Toda una oportunidad para que el PSOE vote acorde al nuevo talante.

L D (Agencias) El PNV y el Gobierno vasco están aprovechando la coyuntura jurídica y política en torno al Plan Ibarretxe. El Constitucional –con argumentados votos en contra– considera que no hay lugar para una impugnación porque el plan separatista es sólo un texto en fase de tramitación, sin corpus legal. De momento, no se paraliza.
 
Pero además de esta concesión judicial, al menos temporal, Ibarretxe ha visto cumplidas sus referencias políticas: Maragall en la Generalidad y Zapatero en La Moncloa. Cuando lo expuso como la mejor pista de aterrizaje de su plan separatista, pocos pensaban que se iba a cumplir. Pero lo cierto es que, en ambos casos, ERC –el mejor aliado del PNV– ha sido la clave. Ahora, el presidente del parlamento vasco, Juan María Atutxa, en declaraciones a la radio pública vasca, aboga por "parar el reloj". Después de tanta campaña –millonaria y con fondos públicos– y tanta difusión del pacto de libre adhesión al Estado, resulta que no hay prisa.
 
Dice Atutxa que quiere volver a la fase de presentación de enmiendas que ya se había cerrado: "El Reglamento –explica Atutxa– no debe ser un corsé y, pese a que se ha superado el plazo de presentación de enmiendas y textos alternativos, yo estoy por la labor de echar una mirada retrospectiva e iniciar un nuevo plazo de presentación de nuevos textos para hacer sobre ellos un debate y buscar consensos".
 
Pero lo que Atutxa ofrece como un sacrificio se parece más a una nueva oportunidad para que el PSE consiga introducir su alternativa al Plan, esta vez, con el PSOE en el Gobierno de España y el nuevo talante como referente político.
 
La argumentación de Atutxa pasa por una pretendida revisión: en un asunto de "tanta relevancia y trascendencia" no se puede "tener prisas". No habla de retirar el Plan –retirar forma parte del pasado, le ha dicho ya dos veces Ibarretxe a Zapatero–, sino de "parar el reloj del debate para que se puedan presentar otras propuestas y realizar después un debate sereno y constructivo". En definitiva, añade el presidente de la Cámara vasca, "hay que hacerle ver al Partido Socialista que no es necesaria la retirada de ninguna propuesta".

Con Maragall en Cataluña...

El hecho de que Zapatero se haya comprometido a asumir la reforma del Estatuto catalán que salga del parlamento que preside Benach, es todo un aval para suponer que con el Plan Ibarretxe no puede hacer distingos. Se lo ha recordado también al presidente del Gobierno su socio en Cataluña, Carod Rovira: lo que se pide en el País Vasco y en Cataluña "es exactamente lo mismo". El nuevo talante de ZP no se resistirá a la inteligente jugada combinada ERC-PNV.
 
De hecho, ya se advierte la maniobra. Según Atutxa, hay una serie de "cuestiones innegables, que ya se aceptan en Cataluña" y sobre las que los socialistas deben aclarar su posición respecto al País Vasco, como son el reconocimiento del País Vasco como nación, el derecho de la sociedad vasca a decidir su futuro y el respeto a las decisiones que adopte la mayoría absoluta del Parlamento vasco sobre el autogobierno.

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