L D (EFE) El todavía presidente del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Xabier Arzalluz se mostró convencido de que su sucesor al frente de la formación, Josu Jon Imaz, mantendrá una línea política basada en la búsqueda de "coincidencias". Pero mientras se formaliza la sucesión, Arzalluz busca la inspiración en Italia.
En Roma, Arzalluz se entrevistará con representantes de los partidos que integran la coalición de centroizquierda El Olivo, así como con el ex presidente de la República, Francesco Cossiga, uno de los premios Sabino Arana, con el que los nacionalistas vascos han mantenido buenas relaciones tradicionalmente. "Era un viaje tantas veces demorado", señaló el presidente del PNV, quien recordó los vínculos que su partido ha tenido con la extinta Democracia Cristiana, aunque ahora "todo eso se fue. Dejamos el Partido Popular Europeo porque lo que hay ahí no tiene nada que ver con nuestra concepción de la vida política".
Dijo que con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, "no hay ningún punto de contacto" y aseguró que en la política actual "el que va para atrás, como Aznar, está perdido, no tiene perspectiva. Los partidos conservadores, de derechas, no van a ninguna parte". En su opinión, "en Italia se cerró un ciclo político e intentamos empalmar con el nuevo, porque éste siempre ha sido un país de ideas. Siempre nos hemos considerado (el PNV), pese a lo que han dicho de nosotros y de mí, un partido de centroizquierda". Parece pues, que el lema del partido, Eusko Alderdi Jeltzlaea (EAJ-PNV), es decir, algo así como "partido vasco de Dios y las leyes viejas", empieza a matizarse en vista del panorama de pactos con la izquierda radical independentista, necesaria para sacar adelante el Plan Ibarretxe, aunque ilegalizada por ser lo mismo que ETA, según los jueces.
En Roma, Arzalluz se entrevistará con representantes de los partidos que integran la coalición de centroizquierda El Olivo, así como con el ex presidente de la República, Francesco Cossiga, uno de los premios Sabino Arana, con el que los nacionalistas vascos han mantenido buenas relaciones tradicionalmente. "Era un viaje tantas veces demorado", señaló el presidente del PNV, quien recordó los vínculos que su partido ha tenido con la extinta Democracia Cristiana, aunque ahora "todo eso se fue. Dejamos el Partido Popular Europeo porque lo que hay ahí no tiene nada que ver con nuestra concepción de la vida política".
Dijo que con el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, "no hay ningún punto de contacto" y aseguró que en la política actual "el que va para atrás, como Aznar, está perdido, no tiene perspectiva. Los partidos conservadores, de derechas, no van a ninguna parte". En su opinión, "en Italia se cerró un ciclo político e intentamos empalmar con el nuevo, porque éste siempre ha sido un país de ideas. Siempre nos hemos considerado (el PNV), pese a lo que han dicho de nosotros y de mí, un partido de centroizquierda". Parece pues, que el lema del partido, Eusko Alderdi Jeltzlaea (EAJ-PNV), es decir, algo así como "partido vasco de Dios y las leyes viejas", empieza a matizarse en vista del panorama de pactos con la izquierda radical independentista, necesaria para sacar adelante el Plan Ibarretxe, aunque ilegalizada por ser lo mismo que ETA, según los jueces.