(Libertad Digital) Robles destacó que de cara a las próximas elecciones su formación política no tiene intención de invadir el "espacio" que el PP mantiene en Cataluña. Su objetivo, dijo, es influir en un "espacio de centro-izquierda" en "donde podamos ensanchar el discurso plural de España en Cataluña; donde podamos desenmascarar al PSC". Buscamos, añadió, el voto de todas "esas personas liberales y a la vez progresistas que están secuestradas por un discurso histórico de fraude" porque no se han dado cuenta que sufragando por los socialistas están, en realidad, apoyando al discurso nacionalista.
Robles ha denunciado el "acoso moral" al que los militantes y dirigentes de su partido, "Ciudadanos de Cataluña", están siendo sometidos por los nacionalistas en todos los actos que organizan. "Es insoportable que en un sistema democrático, como le ha pasado al PP, tengamos que refugiarnos de un montón de jóvenes, absolutamente radicalizados, que le caen bien al poder –catalán–, aunque, evidentemente, no pueden decirlo", sentenció y puso por ejemplo el caso de la transmisión del reportaje sobre el grupo terrorista "Terra Lliure" que transmitió TV3. "Me puso los pelos de punta que se hiciera una entrevista a dos ex Terra Lliure con la misma normalidad que se le hace a un vendedor de libros o al ganador de la Fómula 1. Parecía que eran patriotas que se habían equivocado en algún momento pero, en fin, eran de los nuestros".
También subrayó que bajo la batuta de los nacionalistas catalanes existe el peligro de que la "educación radical nacionalista" que se observa en las escuelas de Cataluña "están dando hijos violentos que un día u otro serán mucho más violentos". Advirtió que es necesario poner remedio para evitar que "la violencia sea real", tanto como sucede en el País Vasco.
Dijo que es "normal, para quien haya viviendo en Cataluña" los ataques y acosos que continuamente son sometidos sus militantes desde el sorprende triunfo alcanzado en las últimas elecciones autonómicas. En ese sentido, señaló que "nos estamos convirtiendo en un fenómeno social más que en una fuerza política, peligrosa para la gran mentira histórica que tiene el nacionalismo; para esa inmensa realidad virtual que han instituido en Cataluña".
Engaño histórico de los socialistas
De su libro de reciente aparición, "Del fraude histórico del PSC al síndrome de Cataluña", Antonio Robles resumió: se trata "del engaño histórico que el Partido Socialista de Cataluña le ha infringido a la población castellano-hablante, socialista, obrera, inmigrante que teóricamente votaba al PSOE. Les han engañado durante años y les han dado nacionalismo por socialismo. Este engaño va añadido al desprecio por la cultura que han traído de sus orígenes, de cualquier parte de España, que al final de cuentas es la cultura española. Les han negado su lengua, les están negando su lengua ahora mismo en la escuela. Y a pesar de todo todavía existen miles de personas en Cataluña, de ciudadanos españoles que creen que votando al PSC están votando al PSOE.
Robles señaló que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero "está negando, de raíz, lo que ha sido históricamente el PSOE. Más allá de quien se sienta o no se sienta socialista, Zapatero está destrozando, literalmente, lo que entendemos por España. Quiere acercarse a los nacionalistas para que de manera pactando con ellos en una especie de confederación o federación, ganar elección tras elección".
Explicó que el "síndrome de Cataluña" es similar al "síndrome de Estocolmo" y se puede traducir como una sumisión hacia el chantaje de acoso nacionalista y lingüístico. Abundó que el PSC está logrando convencer a la población de que no tiene derechos culturales, y "esto ocurre porque todo el poder institucional ha residido siempre, desde la instauración de la democracia, en los nacionalistas. Se han adueñado del país. Uno lo ve todos los días en el Parlamento de Cataluña: allí no está representada Cataluña. Está representada el 35 por ciento de Cataluña, el resto no está. Yo no me imagino allí a Cornellá o a cualquier manifestación cultural o lingüística que no sea precisamente ese sentimiento que tiene el Parlamento actual de sentirse estado, de actuar como Estado sin serlo".