(Libertad Digital) Esperanza Aguirre, cabeza de lista del Partido Popular por la Comunidad de Madrid, ha confirmado a “La Mañana” de la Cadena COPE que su objetivo político en estos momentos se centra en una nueva convocatoria electoral en Madrid. Ahora que Rafael Simancas, candidato del PSOE, ha mostrado sus cartas en cuanto a su política de pactos con Izquierda Unida, y después de que se haya desvelado que los comunistas aspiraban a hacerse con la mitad del Gobierno regional para ceder sus votos a Simancas, Esperanza Aguirre cree que los ciudadanos pueden tener mucho más claro su voto. A su juicio, “si el señor Simancas va a gobernar con Izquierda Unida, lo tendría que haber dicho antes de las elecciones”, por eso una nueva convocatoria electoral sería “como una segunda vuelta”, según Aguirre, quien afirma que “yo no solamente no lo rechazo, sino que creo que aclararía mucho el panorama político a los madrileños”.
Según informa la agencia Europa Press, citando fuentes del PP, Alberto Ruiz Gallardón no quiere que su partido aproveche la crisis socialista para gobernar en Madrid y que Esperanza Aguirre aparezca como la beneficiaria del caos. El todavía presidente regional en funciones y alcalde electo propone también la vía de unas nuevas elecciones previa disolución de la Cámara.
Tanto en el PP como en el PSOE ya han empezado a hacer sus cálculos. Si Eduardo Tamayo y Maite Sáez recogen sus respectivas actas de diputados en la Asamblea de Madrid, el reparto de votos en la Cámara regional sólo dependerá de ellos y se abrirían distintas posibilidades. La primera es que Tamayo y Sáez apoyen a Rafael Simancas. Según el propio Simancas, hay que descartarla porque él no aceptaría ese apoyo para gobernar. La segunda posibilidad sería que Tamayo y Sáez votaran en contra de Esperanza Aguirre, por lo que no tendría mayoría absoluta. De ser así, y en aplicación del artículo 18 del Estatuto de Madrid, sería precisa la convocatoria de elecciones. Como tercera opción, si los díscolos se abstienen, saldría elegida Esperanza Aguirre, pero en el PP consideran que sería prácticamente imposible gobernar en minoría, porque dependería de los dos rebeldes para aprobar sus iniciativas.
El objetivo del PSOE es tener las dos actas de los rebeldes
La diferencia es contar con una asamblea de 111 escaños o de 109. Si Tamayo y Sáez no renuncian a sus escaños, Simancas no podrá gobernar. Tamayo, ya ha anunciado que no va a devolver su escaño pero queda la incógnita de lo que decidirá María Teresa Sáez. Tampoco se sabe si finalmente retirarán las actas de diputado, en cuyo caso la asamblea quedaría constituida con 111 escaños, pero si no lo hacen, quedaría con 109, ya que para las actas no retiradas no corre la lista, según los estatutos de la Cámara regional.
En ese caso, Esperanza Aguirre contaría con 55 escaños frente a 54 y podría gobernar sin problemas. Aunque los dos diputados podrían retirar sus actas ya en plena legislatura elevando de nuevo el número de parlamentarios a 111.
Así pues, si Tamayo y Sáez recogen sus actas, sobre la inesperada presidenta de la Asamblea de Madrid, Concepción Dancausa, recae la responsabilidad de tomar las decisiones ejecutivas más inmediatas. De momento, tendrá que proponer, en un plazo inferior a quince días, un candidato para la presidencia de la Comunidad. Sea cual sea el elegido, Rafael Simancas o Esperanza Aguirre, estará abocado a disolver la Cámara y convocar nuevas elecciones. Para esa decisión, ni el PP ni el PSOE contarán con los votos de los díscolos, ya que la convocatoria les dejaría fuera de la Cámara regional.
Desde el PSOE, al margen de lo que ha dicho Simancas exigiendo a los díscolos que renuncien a sus actas, nadie ha mencionado todavía cuál es su posición ante estos otros escenarios, mucho más probables por lo que parece, mientras que desde Izquierda Unida, su coordinador general, Gaspar Llamazares, tras agitar el fantasma de una supuesta conspiración urdida por el PP para hacerse con el poder y pedir incluso que el Fiscal General del Estado lo investigue, en una hilarante rueda de prensa celebrada en el Congreso de los Diputados, ha rechazado esta posibilidad, aunque no la descarta técnicamente “porque así lo dice la ley” si es imposible que ningún partido gobierne. En la sede socialista de la calle Ferraz, según parece, siguen haciendo cuentas, aunque el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ya ha dicho que no tiene nada de qué hablar con los díscolos , a los que ha expulsado del PSOE, por lo que no se descarta que, finalmente, Rafael Simancas no tenga otra opción que aceptar un acuerdo con el PP para convocar elecciones.
Según informa la agencia Europa Press, citando fuentes del PP, Alberto Ruiz Gallardón no quiere que su partido aproveche la crisis socialista para gobernar en Madrid y que Esperanza Aguirre aparezca como la beneficiaria del caos. El todavía presidente regional en funciones y alcalde electo propone también la vía de unas nuevas elecciones previa disolución de la Cámara.
Tanto en el PP como en el PSOE ya han empezado a hacer sus cálculos. Si Eduardo Tamayo y Maite Sáez recogen sus respectivas actas de diputados en la Asamblea de Madrid, el reparto de votos en la Cámara regional sólo dependerá de ellos y se abrirían distintas posibilidades. La primera es que Tamayo y Sáez apoyen a Rafael Simancas. Según el propio Simancas, hay que descartarla porque él no aceptaría ese apoyo para gobernar. La segunda posibilidad sería que Tamayo y Sáez votaran en contra de Esperanza Aguirre, por lo que no tendría mayoría absoluta. De ser así, y en aplicación del artículo 18 del Estatuto de Madrid, sería precisa la convocatoria de elecciones. Como tercera opción, si los díscolos se abstienen, saldría elegida Esperanza Aguirre, pero en el PP consideran que sería prácticamente imposible gobernar en minoría, porque dependería de los dos rebeldes para aprobar sus iniciativas.
El objetivo del PSOE es tener las dos actas de los rebeldes
La diferencia es contar con una asamblea de 111 escaños o de 109. Si Tamayo y Sáez no renuncian a sus escaños, Simancas no podrá gobernar. Tamayo, ya ha anunciado que no va a devolver su escaño pero queda la incógnita de lo que decidirá María Teresa Sáez. Tampoco se sabe si finalmente retirarán las actas de diputado, en cuyo caso la asamblea quedaría constituida con 111 escaños, pero si no lo hacen, quedaría con 109, ya que para las actas no retiradas no corre la lista, según los estatutos de la Cámara regional.
En ese caso, Esperanza Aguirre contaría con 55 escaños frente a 54 y podría gobernar sin problemas. Aunque los dos diputados podrían retirar sus actas ya en plena legislatura elevando de nuevo el número de parlamentarios a 111.
Así pues, si Tamayo y Sáez recogen sus actas, sobre la inesperada presidenta de la Asamblea de Madrid, Concepción Dancausa, recae la responsabilidad de tomar las decisiones ejecutivas más inmediatas. De momento, tendrá que proponer, en un plazo inferior a quince días, un candidato para la presidencia de la Comunidad. Sea cual sea el elegido, Rafael Simancas o Esperanza Aguirre, estará abocado a disolver la Cámara y convocar nuevas elecciones. Para esa decisión, ni el PP ni el PSOE contarán con los votos de los díscolos, ya que la convocatoria les dejaría fuera de la Cámara regional.
Desde el PSOE, al margen de lo que ha dicho Simancas exigiendo a los díscolos que renuncien a sus actas, nadie ha mencionado todavía cuál es su posición ante estos otros escenarios, mucho más probables por lo que parece, mientras que desde Izquierda Unida, su coordinador general, Gaspar Llamazares, tras agitar el fantasma de una supuesta conspiración urdida por el PP para hacerse con el poder y pedir incluso que el Fiscal General del Estado lo investigue, en una hilarante rueda de prensa celebrada en el Congreso de los Diputados, ha rechazado esta posibilidad, aunque no la descarta técnicamente “porque así lo dice la ley” si es imposible que ningún partido gobierne. En la sede socialista de la calle Ferraz, según parece, siguen haciendo cuentas, aunque el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ya ha dicho que no tiene nada de qué hablar con los díscolos , a los que ha expulsado del PSOE, por lo que no se descarta que, finalmente, Rafael Simancas no tenga otra opción que aceptar un acuerdo con el PP para convocar elecciones.