L D (Europa Press) Acebes asistió este martes en la localidad guipuzcoana de Rentería al homenaje que el PP vasco rinde cada año a las víctimas del terrorismo de ETA. En el mismo, participaron también la presidenta del PP vasco, María San Gil, la responsable de los populares en Guipúzcoa, María José Usandizaga, junto a Juana Pérez Cabello y Marisol Fernández, viudas de los ediles asesinados por ETA José Luis Caso y Manuel Zamarreño, respectivamente.
El dirigente popular advirtió a "los que están decididos a entrar por esa puerta y a los que la abren para miran para otro lado con disimulo" de que los populares no lo aceptarán. Así, se refirió a las víctimas del terrorismo como "héroes" y lamentó que sean "demasiados" los que hoy ya no están porque "así lo decidió una banda de fanáticos que no entienden de sentimientos ni de razones, que no se arrepienten de sus atroces crímenes y que están dispuestos a seguir matando hasta ver cumplidos sus delirios políticos".
"Los etarras no son hombres de paz, aprendices de demócratas con algo de razón en el fondo y merecedores de nuestra comprensión y clemencia. Eso no es ETA y así es como algunos nos lo quieren presentar para justificar sus encuentros clandestinos y negociaciones vergonzantes", subrayó.
Para Acebes, gracias a las víctimas, el PP "siempre ha tenido claro que frente al chantaje del terror sólo cabe la firmeza democrática y seguir enarbolando la bandera de la libertad" mientras que "otros lamentablemente no pueden decir lo mismo y tienen que mirar al suelo".
El secretario general del PP afirmó que "si hace apenas tres años sentíamos que estábamos ya a punto de tocar la libertad con las manos", hoy ésta "se ha vuelto a alejar arrastrada por la mezcla de deslealtad e interés partidista de quienes nos gobiernan". Así, lamentó que algunos "instrumentos yacen prácticamente en ruinas", por lo que consideró que el Gobierno de Zapatero "tiene la obligación y la oportunidad de reconstruir el Pacto Antiterrorista" y de mantener la Ley de Partidos.
En ese sentido, destacó que "nadie ha sufrido tanto" como los cargos del PP en el País vasco "el acoso, las vejaciones y el desprecio de los terroristas, que disfrazados de políticos imponían su voluntad en los Ayuntamientos" y que son los populares quienes mejor pueden cuantificar que "la expulsión de Batasuna supuso un paso de gigante para la recuperación de la libertad y la dignidad de nuestra democracia".
Por su parte, María San Gil atribuyó a los "errores de Zapatero" que ETA y Batasuna en estos momentos estén "más fuertes" al tiempo que criticó que sigan en el Parlamento "disfrazados de PCTV". De este modo, acusó al Gobierno socialista de "buscar un terreno común con los terroristas y que se pague un precio político por la paz" y reiteró que "el proceso no está roto".
Por otro lado, Usandizaga abogó por una sociedad "con vencedores y vencidos" y expresó su "vergüenza" por la rebaja de condena al preso de ETA Iñaki de Juana Chaos. En ese sentido, señaló que el PP "acata la decisión" aunque no pueden negar "la repugnancia porque un asesino haya conseguido chantajear al Estado de Derecho".
Víctimas
La viuda de Manuel Zamarreño, Marisol Fernández, criticó a los que "han dado la espalda a las víctimas del terrorismo durante muchos años un intento constante de condenar a los inocentes y elevar a los altares a sus verdugos". Fernández alertó sobre "el intento unilateral de la ruptura de las reglas democrático" y constató la "plena vigencia del Estado de derecho como único medio admisible y eficaz para luchar contra la lacra del terrorismo".
Asimismo, recordó al Gobierno socialista que "las víctimas no nos vamos a callar" y le advirtió de que "se equivocan si quieren negociar con ETA". "No caigamos en los viejos errores, la memoria de las víctimas a pesar de los perversos intentos de división es patrimonio de todos los demócratas y es ejemplo para los jóvenes", agregó.
Por su parte, Juana Pérez señaló que "estos tiempos, que algunos dicen que son de paz, enmascaran una estremecedora vuelta al pasado convulso de desprecio a las víctimas" y criticó que entonces vivieron "tiempos de angustia ante el desprecio de la sociedad y las instituciones vascas, que nos abandonaron a nuestra suerte".
En la actualidad, manifestó que le "invade la frustración" porque, a su juicio, "volvemos a los años de plomo, al olvido infame, a ser molestos, a ser mirados con lástima, a la perversa estrategia de la división y dejarnos aparte a las víctimas".
"Si pedir justicia es ser un radical, yo lo soy. ¿Para que nos vienen a hablar de reconciliación si aun no se ha hecho justicia con las víctimas?", señaló, para añadir que se siente "la primera víctima del proceso de paz". Por último, pidió al Gobierno socialista que "reaccione a nuestro desamparo y consolide una sociedad no quebrada y frustrada sino plural, donde se pueda ejercer la libertad que tanto nos falta".