L D (Agencias) Tras dos horas de deliberaciones, los 16 jueces que forman la Sala especial del Tribunal Supremo para aplicar la Ley de Partidos decidieron, por unanimidad, ordenar al Parlamento vasco la disolución del grupo parlamentario de Socialistas Abertzales, integrado por los siete diputados que lograron su escaño en las elecciones autonómicas de mayo de 2001 bajo las siglas de Batasuna, entre ellos José Antonio Urruticoetxea, alias “Josu Ternera”, etarra veterano y actualmente prófugo de la Justicia. Los magistrados sólo tuvieron que cotejar la lista de parlamentarios vascos que formaban parte del grupo parlamentario de Batasuna y la lista de los que conforman el grupo de Socialistas Abertzales para llegar a la conclusión de que son los mismos y que, por lo tanto, el grupo parlamentario ha de ser disuelto en aplicación de la sentencia emitida el pasado 27 de marzo, cuando el Alto Tribunal ordenó la ilegalización de Batasuna y la disolución de sus grupos en las instituciones vascas.
Precisamente desde que Batasuna quedó ilegalizada, el grupo parlamentario del Partido Popular en la Cámara vasca pidió reiteradamente al presidente del Parlamento, Juan María Atutxa, que diera todos los pasos legales para disolver al grupo parlamentario de Socialistas Abertzales, en aplicación de dicha sentencia. Sin embargo, el cambio de nombre de Batasuna en el Parlamento vasco sirvió para que PNV, Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida –los partidos que conforman el Gobierno vasco y que son contrarios a la disolución de Socialistas Abertzales– argumentaran que un partido político y su grupo parlamentario son realidades jurídicamente diferentes; más aún si ni siquiera tienen el mismo nombre. En este sentido, la Mesa del Parlamento vasco mandó un escrito al Supremo en el que exponía que los grupos parlamentarios se rigen exclusivamente por el reglamento de la Cámara vasca, que no contempla la disolución de ningún grupo. Según el escrito, “una decisión judicial que por sí disolviera un grupo parlamentario supondría una invasión de esa autonomía inherente al poder legislativo y contravendría el principio constitucional de la división de poderes”.
El Parlamento vasco, en cumplimiento de lo que le había pedido el Tribunal Supremo, también envió la lista de parlamentarios del grupo de Batasuna y la nueva lista del grupo de Socialistas Abertzales que, al ser cotejadas por los 16 magistrados del Supremo, ha confirmado que el nuevo grupo es el primero aunque con un nombre diferente. La Sala estimó que la simple alteración del nombre no modifica la realidad de que Socialistas Abertzales es el mismo grupo de Batasuna en el Parlamento vasco. La decisión se plasmará en una resolución que terminará de perfilarse esta mañana y que se notificará presumiblemente hoy mismo a la Cámara vasca. Según adelantó El Mundo , los magistrados no sólo aceptaron la propuesta del presidente del Alto Tribunal, Francisco Hernando, respecto a la disolución de Socialistas Abertzales, sino que, además, decidieron dar una mayor contundencia a la parte dispositiva de la resolución. En este sentido, Hernando planteó que el auto ordene la ejecución de esta decisión al presidente de la Cámara, Juan María Atutxa, y a la Mesa del Parlamento vasco.
Así, una vez que el Supremo notifique su decisión al Parlamento vasco, corresponderá a su presidente ejecutarla, aunque ahora es posible que Juan María Atutxa se aferre al reglamento de la Cámara para no hacerlo de inmediato. En este sentido, cabe la posibilidad de que el Parlamento vasco tenga que modificar su reglamento, para lo que sería necesaria una votación en la que, se supone, podrían oponerse los grupos parlamentarios del PNV, EA e IU –e incluso el de Batasuna–, lo que significa que aún podría retrasarse la aplicación de la sentencia. En todo caso, la disolución del grupo que representa a ETA en el Parlamento vasco, pese a ser una medida política y judicial de gran trascendencia, en realidad tendrá poca eficacia en términos parlamentarios, ya que los componentes del grupo de Socialistas Abertzales podrán pasarse al grupo Mixto una vez que sea disuelto su propio grupo, de modo que seguirán en la Cámara haciendo lo mismo que han hecho siempre: propaganda de ETA. No obstante, los beneficios económicos de tener un grupo parlamentario propio son superiores a los obtenidos cuando se forma parte del grupo Mixto, por lo que, en este sentido, el brazo político de ETA verá sensiblemente reducidos sus ingresos.
Precisamente desde que Batasuna quedó ilegalizada, el grupo parlamentario del Partido Popular en la Cámara vasca pidió reiteradamente al presidente del Parlamento, Juan María Atutxa, que diera todos los pasos legales para disolver al grupo parlamentario de Socialistas Abertzales, en aplicación de dicha sentencia. Sin embargo, el cambio de nombre de Batasuna en el Parlamento vasco sirvió para que PNV, Eusko Alkartasuna e Izquierda Unida –los partidos que conforman el Gobierno vasco y que son contrarios a la disolución de Socialistas Abertzales– argumentaran que un partido político y su grupo parlamentario son realidades jurídicamente diferentes; más aún si ni siquiera tienen el mismo nombre. En este sentido, la Mesa del Parlamento vasco mandó un escrito al Supremo en el que exponía que los grupos parlamentarios se rigen exclusivamente por el reglamento de la Cámara vasca, que no contempla la disolución de ningún grupo. Según el escrito, “una decisión judicial que por sí disolviera un grupo parlamentario supondría una invasión de esa autonomía inherente al poder legislativo y contravendría el principio constitucional de la división de poderes”.
El Parlamento vasco, en cumplimiento de lo que le había pedido el Tribunal Supremo, también envió la lista de parlamentarios del grupo de Batasuna y la nueva lista del grupo de Socialistas Abertzales que, al ser cotejadas por los 16 magistrados del Supremo, ha confirmado que el nuevo grupo es el primero aunque con un nombre diferente. La Sala estimó que la simple alteración del nombre no modifica la realidad de que Socialistas Abertzales es el mismo grupo de Batasuna en el Parlamento vasco. La decisión se plasmará en una resolución que terminará de perfilarse esta mañana y que se notificará presumiblemente hoy mismo a la Cámara vasca. Según adelantó El Mundo , los magistrados no sólo aceptaron la propuesta del presidente del Alto Tribunal, Francisco Hernando, respecto a la disolución de Socialistas Abertzales, sino que, además, decidieron dar una mayor contundencia a la parte dispositiva de la resolución. En este sentido, Hernando planteó que el auto ordene la ejecución de esta decisión al presidente de la Cámara, Juan María Atutxa, y a la Mesa del Parlamento vasco.
Así, una vez que el Supremo notifique su decisión al Parlamento vasco, corresponderá a su presidente ejecutarla, aunque ahora es posible que Juan María Atutxa se aferre al reglamento de la Cámara para no hacerlo de inmediato. En este sentido, cabe la posibilidad de que el Parlamento vasco tenga que modificar su reglamento, para lo que sería necesaria una votación en la que, se supone, podrían oponerse los grupos parlamentarios del PNV, EA e IU –e incluso el de Batasuna–, lo que significa que aún podría retrasarse la aplicación de la sentencia. En todo caso, la disolución del grupo que representa a ETA en el Parlamento vasco, pese a ser una medida política y judicial de gran trascendencia, en realidad tendrá poca eficacia en términos parlamentarios, ya que los componentes del grupo de Socialistas Abertzales podrán pasarse al grupo Mixto una vez que sea disuelto su propio grupo, de modo que seguirán en la Cámara haciendo lo mismo que han hecho siempre: propaganda de ETA. No obstante, los beneficios económicos de tener un grupo parlamentario propio son superiores a los obtenidos cuando se forma parte del grupo Mixto, por lo que, en este sentido, el brazo político de ETA verá sensiblemente reducidos sus ingresos.