Tras el anuncio de Patxi López de un adelanto electoral en el País Vasco, todos los análisis se centran ahora en los posibles escenarios poselectorales, en las futuras alianzas y, sobre todo, en el papel decisivo que puede tener EH Bildu en el resultado final.
La última encuesta oficial, el Euskobarómetro, da como favorito al PNV, que estaría seguido muy de cerca por EH Bildu, desbancando a Patxi López de la presidencia vasca. El Partido Nacionalista Vasco obtendría entre 32 y 24 escaños; la formación proetarra 22, mientras que el PSE quedaría relegado a la tercera posición con 17 escaños, perdiendo, de esta manera, más de cien mil votos y 8 escaños. El PP podría quedarse igual o perder incluso un escaño más (13 o 12).
Similar panorama dibujan los sondeos internos del PP, como adelantó LD: el brazo político de ETA rozaría la mayoría en la cámara autonómica, mientras el PSE llegaría a perder hasta diez escaños.
Con el interrogante de los futuros pactos en el aire, los principales líderes políticos han entrado ya de lleno en la precampaña. Mientras el presidente de los socialistas vascos ha sacado pecho por su gestión, ha vuelto a atribuirse el fin de ETA y ha dicho que "todavía" le separa "un abismo" de Bildu, el presidente del PP vasco ha manifestado su creencia de que sólo si su partido está "fuerte" en las elecciones se podrá evitar que ese llegue a las instituciones.
"De Bildu no sólo nos separa todavía un abismo en cuestiones de principios éticos, morales y democráticos sino la demostración de lo que es Bildu al frente de una institución, que es la demostración de la no gestión. Así es imposible hacer ningún tipo de pacto", afirmó López este miércoles.
Basagoiti: el PP es el único que puede parar a EH Bildu
Para Antonio Basagoiti, "lo importante no es quien se cuelga la medalla de la paz, lo importante de estas elecciones es que son una especie de plebiscito porque tanto PNV como EH Bildu, con distintos ritmos y distintas estrategias pretenden dar pasos hacia la soberanía, hacia la secesión. Y de ese parlamento poner en dificultades la labor de España y de su Gobierno".
Según el líder de los populares vascos, "la clave de las elecciones es la fortaleza tenga el PP porque somos los únicos que no tenemos intereses con EH Bildu, ni con la izquierda ni con el nacionalismo. En la medida en que el PP esté fuerte, podrá evitar que EH Bildu llegue a las instituciones y condicionar coaliciones, acuerdos de legislatura y quién se sienta en Ajuria Enea".
Ante la posibilidad de que sean los populares quienes terminen apoyando al nacionalismo, Basagoiti ha dicho que no "aspira" a un "acuerdo de gobierno" con el partido de Urkullu.
Urkullu ya se ve ganador
Por su parte, el presidente del PNV Iñigo Urkullu, convencido de la victoria, ha defendido que el próximo Ejecutivo vasco debe ser "un gobierno motor, que vuelva a generar confianza". Ha recalcado que la próxima legislatura debe estar marcada por la consecución de grandes acuerdos interinstitucionales para "salir de la crisis", "consolidar" el escenario de paz y definir "cómo entendemos el autogobierno en el siglos XXI".
El candidato nacionalista ha afirmado que con el Gobierno de Patxi López "Euskadi ha perdido un tiempo precioso para afrontar el futuro" y ha defendido la necesidad de un Ejecutivo "con disciplina y rigor" que se concentre "en superar el actual descalabro económico", que no gaste "por encima de sus posibilidades", que "garantice los servicios públicos básicos" y "estimule la actividad económica".
Un gobierno que, según Urkullu, debería buscar "la cooperación política y el acuerdo entre las instituciones", "por encima de las diferencias políticas". "Un gobierno motor, que vuelva a generar confianza", ha resumido.
Las promesas de Urkullu
Urkullu ha anunciado que el PNV en el Gobierno pondrá en marcha "planes renove" para incentivar el consumo, dotará a las empresas "de un fondo que les ofrezca liquidez", diseñará "un plan de empleo juvenil" y propiciará "el acuerdo entre todas las instituciones para relanzar la inversión pública".
Para llevar a cabo esta política ha defendido, "desde el respeto competencial e institucional", la necesidad de alcanzar acuerdos interinstitucionales que "garanticen la suficiencia financiera para cumplir las prioridades de gasto", lo que, según ha reconocido, pasará por una "reforma tributaria" pactada con las diferentes administraciones.
Una reforma que, ha recalcado, debe estar guiada por la "progresividad, la equidad y la justicia social", porque la salida de la crisis "pasa por la competitividad, pero también por la cohesión social".
El candidato nacionalista ha reconocido que los próximos años "van a ser duros", ha recordado que Euskadi ya superó la crisis industrial y se ha mostrado seguro de que ahora también van a saber afrontar "la incógnita del futuro". Ha adelantado que el PNV liderará un gobierno que "recupere la senda de treinta años de autogobierno, de generación de bienestar y calidad de vida en Euskadi".
El candidato nacionalista ha anunciado su propósito de "no mirar atrás", porque el Gobierno de Patxi López, "afortunadamente -ha dicho- comienza a ser pasado". Ha atribuido el adelanto electoral a la "constatación de la incapacidad" del Gobierno de Patxi López para afrontar un debate presupuestario, a su "soledad" política y al "miedo" para encarar los problemas pendientes en sectores como la Ertzaintza, la sanidad o la educación.