El debate parlamentario destinado a aprobar el duro plan de ajustes del Gobierno para cumplir con el objetivo de déficit público se convirtió en un cara a cara entre Cristóbal Montoro y Alfredo Pérez Rubalcaba, en el que el primero acabó estallando ante la "demagogia" del socialista y recordándole las circunstancias por las que España se encuentra hoy al borde de la intervención. "¡Es que dicen unas cosas!", se llegó a lamentar, ante un líder socialista más dedicado a ganarse a su bancada.
De nuevo fue un día complicada para el Gobierno, con la oposición a sus medidas tanto en el Congreso de los Diputados como en las calles, con nuevas protestas alentadas por los sindicatos mayoritarios. Con Mariano Rajoy ausente, el ministro de Hacienda fue el encargado de defenderlas antes de su votación, con el argumento principal de que las "recomendaciones" de la Unión Europea son en realidad "obligaciones" que España tenía que cumplir para acceder a la línea de crédito a la banca.
Con gran dramatismo, con gesto serio, Cristóbal Montoro subió a la tribuna para explicar el "sacrificio" que hoy se les reclama a los españoles. "Los gobiernos debemos explicarnos", se reafirmó, pese al escaño del presidente vacío. "Hay que renunciar a lo que no es financiable" porque, argumentó, "lastra la posibilidad de bienestar de los ciudadanos. Lo que no se puede pagar es ineludible quitar. No cabe todo".
Llamó a meter mano al sector público, si bien no ahondó en detalles. El objetivo: evitar la deuda y el déficit público. "Es el momento de decir las cosas claras porque si no no vamos a crecer", incidió. De hecho, advirtió sin medias tintas: "La formidable deuda externa nos aplasta, nos condiciona, nos relega y nos hace ser un riesgo dentro del euro y del mundo", sentenció.
Entrando en la letra pequeña del conjunto de medidas, que tantos quebraderos de cabeza provocaron los días posteriores al anuncio del mismo, Montoro expuso que "la función pública tiene que asimilarse al régimen laboral de la empresa privada". Hilo argumental del que tiró para justificar que los funcionarios tengan que trabajar más o pierdan la paga extra de Navidad, exceptuando los salarios más bajos. "Lo que hacemos es pedirle al funcionario que trabaje más tiempo. No se puede decir que por trabajar más se deteriora el servicio".
Montoro, que apeló al sentido de responsabilidad de unos grupos parlamentarios que ya han anunciado su plante, afirmó: "Nuestras ideas han quedado a la orilla del momento", destacó, para reclamar "realismo, mucho realismo" a los parlamentarios y ciudadanos así como "unidad para entender los problemas de España".
"Los problemas de España se resuelven en Europa porque hoy Europa es España. Ése es el sentido de las medidas. Estas medidas traerán pronto la salida de la crisis. Pero también el requerimiento del esfuerzo, solicitamos esa comprensión a los grupos políticos, pidiéndoles que no utilicemos términos que nos lleven a ofrecer una imagen internacional dividida", concluyó el ministro.
La tensión parlamentaria se redobló tras escuchar a Rubalcaba. La réplica y la contraréplica fueron muy duras. Un enfadado Montoro no se mordió la lengua, echando mano de una hemeroteca demoledora.
Tras acusarle de hacer "demagogia fiscal" al hablar de un impuesto sobre las grandes fortunas y poner en evidencia -con gran crudeza- que hoy por hoy "no hay dinero en las arcas públicas y no hay dinero para pagar servicios públicos", el titular de Hacienda se detuvo en la petición socialista de replicar a Bruselas: "Fantástico", ironizó, "lo va a decir usted que ha dejado a España a los pies de los caballos de Europa".
Las estocadas de Montoro se sucedieron. "De qué está hablando", le espetó al dirigente socialista. "De dónde viene la posición de debilidad de España", le inquirió. "Hay que decir la verdad", se dijo en varias ocasiones, tras recordar como el anterior gabinete mintió a los españoles, por ejemplo en relación con el objetivo de déficit público.
La subida del IVA, afirmó, "no va a dar más crecimiento", pero "la tenemos que hacer" por obligación de la Unión Europea, aseveró. "¿Usted cree que la prima de riesgo es por el Gobierno español?", le preguntó a Rubalcaba, recordándole su pasado político.
No se quedó ahí, y tras escucharle por segunda vez, arrancó: "Se está resarciendo del debate con Rajoy. Están encantados, les veo, pero eso es negativo para España", destacó un Montoro venido arriba, y que hizo aplaudir con ganas a los suyos. Rubalcaba sacó a colación una frase del ministro en la que dijo que el PP podría sacar al país de la crisis. Éste se defendió: "Yo trabajaba en una alternativa al Gobierno, es la democracia. Ustedes la democracia la entienden a su forma, la encarnan ustedes", afirmó, recibiendo una nueva ovación.
También mentó a José Luis Rodríguez Zapatero. Aquél que "ustedes nunca citan, que ha desaparecido del diccionario". Y lo hizo para asegurar que "si hubiera acortado la legislatura nos hubiéramos ahorrado mucho sufrimiento" y "no habríamos llegado a ese nivel de deterioro".
Montoro se mostró estupefacto ante lo escuchado en boca de Rubalcaba: "¿Cree que un socio europeo no tiene que atenerse a las reglas de Europa. Es que ¡tengo que escuchar unas cosas!", se quejó. "Dicen unas cosas (...) ¿Pero alguien les puede creer?", continuó, ironizando sobre sus "argumentos formidables".
El momento culmen llegó al destacar: "¡Déjese ya de retóricas de izquierda. Esto supera las ideologías!". Y es que, informa el Gobierno entre bambalinas, la situación empieza a ser drástica, con la crisis de deuda en niveles "inadmisibles". Todos los ojos se posan en la reunión del viernes, de la que saldrán las exigencias para la ayuda a la banca.