En pleno debate sobre la necesidad de una reforma profunda de las entrañas del Estado, José Antonio Monago repasa la "titánica faena" de hacer adelgazar el "mastodonte administrativo" de la Junta de Extremadura ahora que se cumplen doce meses desde que es presidente. Una administración, incide, "que bloqueaba de raíz cualquier intento sano de avance social y progreso económico".
"La Junta era un aparato voraz que lo fagocitaba todo y al que todos se debían", expone sin medias tintas el hoy presidente extremeño, en un artículo publicado en Libertad Digital en el que hace balance de su gestión. Un año de trabajo tras el cual admite que el anterior Ejecutivo "echaba a codazos cualquier intento de la empresa privada por hacerse un lugar digno en la región", una vez "se creía con derecho natural a abarcar todos los espacios".
Íntimamente relacionado, la segunda gran política de su Gobierno no está siendo otra que la intención de reducción el segundo déficit público -y oculto- más alto de España. Aunque no sin dificultades, tal y como expuso Extremadura en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera de la pasada semana, Monago asegura que el objetivo del 1,5% se cumplirá, pese a los más de 2.000 millones de euros de deuda recibidos como herencia del Partido Socialista.
"Ambos vectores que han guiado las políticas de mi gobierno están en la hoja de ruta que se sigue a pie juntillas desde nuestro puente de mando", incide el líder autonómico. "Una lucha heroica contra unas cifras envenenadas que nos legaron amablemente", en palabras del propio Monago, que tiene que hacer todo tipo de equilibrios para mantener a flote el barco, con ayuda de Izquierda Unida y el ‘no’ a todo del PSOE.